Después del paro general que paralizó buena parte del país el 10 de abril, la CGT anunció este martes que llevará a cabo una movilización el próximo 30 de abril, en la previa al Día del Trabajador. El objetivo es seguir metiéndole presión al gobierno de Javier Milei, que hasta ahora no viene escuchando a los reclamos gremiales.
La marcha arrancará a las 14, con una concentración en Independencia y 9 de Julio, y terminará en el Monumento al Trabajo, en el bajo porteño. Así lo definió la mesa chica de la CGT tras una reunión en la histórica sede de la calle Azopardo.
Desde la central esperan que se sumen gobernadores e intendentes peronistas, con Axel Kicillof a la cabeza. Aunque aclaran que no se meten en la interna entre camporistas y kicillofistas, los gremios quieren mostrar su poderío en la calle y marcarle la cancha al Gobierno.

Los reclamos de la CGT
La bronca creció después del paro, sobre todo por la “devaluación encubierta” que denuncian tras el levantamiento del cepo, y por el silencio oficial en torno a las paritarias. “Después del paro nos desayunamos con dos noticias malas: la inflación de 3,7% de marzo y una devaluación del 10%. Y encima, el Gobierno no dijo ni mu. Los trabajadores vivimos del sueldo, y para que haya salario tiene que haber laburo e inversión”, aseveró Jorge Sola, vocero de la CGT y titular del gremio del Seguro.
La decisión de salir nuevamente a la calle se tomó tras una reunión de dos horas en la sala Saúl Ubaldini, en la que participaron Héctor Daer (Sanidad), Octavio Argüello (Camioneros), Andrés Rodríguez (UPCN), Sergio Palazzo (La Bancaria), Omar Plaini (Canillitas) y Abel Furlán (UOM). Este último, que suele estar más alineado con el kirchnerismo, semanas atrás se mostró con Kicillof en Mar del Plata, en plan de unidad.

Quien se ausentó fue Carlos Acuña, otra de las patas del triunvirato, que no pudo estar “por cuestiones personales”. Tampoco apareció Gerardo Martínez (UOCRA), el más cercano al oficialismo, que viene borrándose de las últimas jugadas importantes de la CGT. En su lugar estuvo su número dos, Rubén “Gringo” Pronotti.
Uno que sí dio el presente y no se guardó nada fue Juan Carlos Schmid, de la CATT (Confederación de Trabajadores del Transporte), que le pegó duro al PJ: “El peronismo está encerrado en un laberinto. Fue una vergüenza que no se hayan expresado con más fuerza antes del paro”, concluyó.