Donald Trump volvió a patear el tablero y anunció que va a aplicar aranceles de hasta el 245% a las importaciones chinas, si se confirma que esos productos representan una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.
La Casa Blanca emitió un comunicado donde detalla que esta medida forma parte de una investigación que ordenó el propio mandatario norteamericano a través de una orden ejecutiva firmada este martes. El objetivo es revisar qué impacto tienen en la seguridad nacional estadounidense los minerales críticos que vienen de China, es decir, insumos claves para la industria automotriz, aeroespacial, de semiconductores y defensa.
Según la versión de Estados Unidos, las empresas chinas vienen "manipulando precios, sobreproduciendo a mansalva y restringiendo exportaciones" para tener control sobre la cadena de suministros mundial.

Qué cambia después de la determinación de Trump
En caso de que el informe del Departamento de Comercio le de la razón a Trump, los aranceles actuales -de 104%- saltarían al 245%. Y esa suba, claro, solo se aplicaría a China. "Más de 75 países están negociando con nosotros nuevos acuerdos comerciales. Pero con China la cosa es distinta. Ellos enfrentan el arancel más alto por sus represalias", comunicó la Casa Blanca.
China le contestó a Trump
Desde el gobierno chino salieron a responderle con los tapones de punta a Trump. El vocero de la Cancillería, Lin Jian dijo que esta guerra de aranceles la empezó Estados Unidos. "Nosotros solo tomamos contramedidas para defender nuestros derechos. No la buscamos, pero no le escapamos".

Además, China movió fichas y designó a un nuevo encargado para manejar sus relaciones comerciales con el mundo: Li Chenggang, un peso pesado que ya fue vice en Comercio y embajador en la OMC.
Mientras tanto, China anunció que su economía creció un 5,4% en el primer trimestre de 2025, un número que superó las proyecciones, pero que todavía no refleja el sacudón que podría implicar esta escalada arancelaria. Y aunque desde ambos lados dicen estar dispuestos a negociar, por ahora no hay ni una señal concreta de que se venga una tregua.