Si estás buscando una escapada distinta, con historia, naturaleza y buena comida, Baradero es una joyita a menos de dos horas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta localidad bonaerense no solo es conocida por sus excursiones de pesca y su tranquilidad ribereña, sino también por ostentar el título de la ciudad más antigua de toda la provincia. Fundada hace más de cuatro siglos, ofrece una combinación perfecta de pasado colonial, aire libre y propuestas gastronómicas que invitan al disfrute.
Ideal para un finde en pareja, con amigos o en familia, esta escapada se convierte en una oportunidad para caminar sin apuro, recorrer su costanera de 14 kilómetros y empaparse de historia en cada rincón. El centro del pueblo conserva ese aire de antaño, con plazas adornadas por luces colgantes, iglesias centenarias y construcciones que supieron ser bancos y ahora funcionan como centros culturales. Baradero no solo se disfruta, también se aprende.
Su cercanía con CABA la convierte en una escapada perfecta para el fin de semana o incluso para una visita de día. A poco más de 140 kilómetros, se accede fácilmente por la Autopista Panamericana (Ruta 9) hasta el km 132, tomando luego la Ruta Provincial 41. Lo que antes era un punto estratégico en épocas coloniales, hoy es un destino ideal para alejarse del ruido sin manejar horas y horas.

Un viaje al pasado: Baradero y su historia
Baradero cumplió recientemente 409 años y su historia arranca antes del Virreinato del Río de la Plata. Fue en 1615 cuando el gobernador Hernandarias estableció allí una misión franciscana destinada a los pueblos originarios, principalmente chanás y guaraníes. Esa herencia puede sentirse aún hoy al recorrer su casco histórico, donde las casas bajas, las calles empedradas y la vida tranquila se mantienen como hace décadas.
Un punto obligado es el Museo Histórico Municipal Alejandro Barbich, ubicado en una casona de 1870, que guarda reliquias como vajilla prehispánica rescatada a orillas del río, una sala dedicada a la colonia y otra al siglo XIX. La llegada del ferrocarril en 1885 y del puerto en 1925 fueron claves para el crecimiento de la ciudad, que finalmente fue declarada como tal en 1939.

Naturaleza y río: lo mejor de la costanera
Otra razón para elegir Baradero como próxima escapada es su bellísima costanera. Son 14 kilómetros de caminos arbolados, miradores, zonas de pesca y rincones perfectos para descansar o hacer picnic frente al río homónimo. Es el espacio ideal para pasear en bicicleta, leer bajo la sombra o simplemente contemplar el paisaje ribereño, con su ritmo calmo y aire puro.
Además, Baradero integra el circuito de pueblos rurales de Buenos Aires que fomentan el turismo todo el año. Por eso, es común que haya ferias, eventos culturales, encuentros de música y festivales gastronómicos, especialmente en primavera y otoño.

Dónde comer en Baradero: sabores bien criollos
La oferta gastronómica también suma puntos para esta escapada. Entre los destacados, aparece Sportman, frente a la plaza principal: un restaurante de tradición que alguna vez fue bar de naipes. Hoy es famoso por sus platos de carnes salvajes como bife de jabalí y escabeche de vizcacha.
Para los que buscan una experiencia más clásica, Café Bar de los Angelitos es parada obligada. Abierto desde 1890, se luce con sus pastas caseras, carnes al horno y una carta de vermuts bien porteña. Y si la idea es merendar, el Almacén de Pasteles ofrece té, café de especialidad y tortas artesanales de alto nivel. También destaca la pulpería El Torito, por su aspecto icónico.

Por último, si la escapada incluye una vuelta por las afueras, Despensa La Tortuga es un boliche de campo centenario que mezcla tradición y sabor. Administrado por una familia local, funciona como almacén y comedor rural, donde se puede comer al aire libre junto a un molino.
¿Por qué elegir Baradero para una escapada?
Porque tiene todo lo que uno busca para una escapada cercana: historia viva, paisajes ribereños, tranquilidad de pueblo y una cocina con identidad. Además, su cercanía con la Capital Federal la vuelve accesible sin complicaciones logísticas. Ya sea por unas horas o por todo el fin de semana, Baradero es esa ciudad que sorprende sin necesidad de prometer demasiado. Y eso, en tiempos donde lo simple vale oro, ya es un montón.