Si hay algo que el paladar porteño sabe apreciar es un buen bodegón: ese lugar donde la comida casera se combina con porciones generosas y precios que no asustan. En Mar del Plata, un clásico local eleva esa propuesta con un sabor que cruza el Atlántico y desembarca directo desde el País Vasco. Se trata del bodegón "No hay 2 sin 3", que funciona dentro del Centro Vasco Denak Bat y se convirtió en parada obligada para quienes buscan una experiencia distinta en la ciudad feliz.
Este bodegón no sólo cumple con los requisitos fundamentales de buena cocina y ambiente relajado, sino que también ofrece un recorrido por la cultura vasca, con todos sus símbolos, sabores y tradiciones. Si estás en Mardel por Semana Santa o tenés planeado escaparte en algún finde largo, esta puede ser una gran opción para almorzar o cenar en un lugar lleno de historia y sabor.
Desde los cuadros con escudos tradicionales, hasta la posibilidad de presenciar una partida de pelota vasca o una clase de euskera, este espacio trasciende lo gastronómico. Pero claro, la estrella del lugar sigue siendo la mesa: y dentro de ella, un plato se lleva todas las miradas.

La tortilla rellena, la joyita del bodegón
Uno de los grandes hits de este bodegón vasco es, sin dudas, su tortilla. Y no hablamos de cualquier tortilla: acá podés elegir entre la versión clásica o una rellena que es una auténtica bomba de sabor. A la tradicional mezcla de papa y huevo se le suma cebolla, paleta y queso fundido, generando una textura cremosa por dentro y doradita por fuera.
Los mozos cuentan que hay gente que viaja exclusivamente para probarla, y no es para menos. La porción es abundante, ideal para compartir (o no), y tiene ese gustito casero que la hace inolvidable. En la carta figura como uno de los platos más pedidos y ya se ganó el estatus de “imperdible” dentro de los secretos gastronómicos marplatenses.

Tapas, pinchos y otros sabores del norte español
Como todo bodegón vasco que se precie, la carta está repleta de opciones para el tapeo. Los pinchos son una de las especialidades: pequeños bocados servidos en palillos, al estilo brochette, con ingredientes como bacalao, tortilla, jamón serrano o pulpo a la gallega. Se pueden pedir en la barra, con una cerveza tirada o un vaso de vino tinto, y son perfectos para arrancar la comida.
También se destacan las tapas, que permiten probar un poquito de todo: porciones chicas de platos típicos como gambas al ajillo, calamares, albóndigas o papas bravas. La costumbre de “salir de tapas”, tan propia de España, se traslada a este bodegón marplatense, donde es habitual ver grandes mesas con amigos compartiendo platos y copas en un clima relajado.

Más que un bodegón: cultura, deporte y tradición vasca
Además de su propuesta gastronómica, el Centro Vasco Denak Bat abre las puertas a una experiencia cultural única. Se puede recorrer su biblioteca —la José de Aritztimuño—, asistir a clases de euskera, presenciar funciones de teatro o anotarse en talleres de baile, telas o gimnasia. También es un punto de encuentro para ajedrecistas y curiosos que se asoman a los balcones internos para ver partidos de pelota vasca, el ancestral deporte del pueblo vasco.
Con más de 80 años de historia en Mar del Plata, este bodegón no es solo un lugar para comer bien, sino una ventana abierta a una cultura rica, hospitalaria y llena de vida. Así que, si estás planeando una escapada, no te olvides de sumar esta parada al itinerario. Porque un buen plato de tortilla puede ser el comienzo de un viaje gastronómico y cultural que no te vas a olvidar.