El amor por la música se puede manifestar de muchas formas. No solo las notas musicales unidas y una buena melodía componen este basto universo humano. La tecnología que produce las ondas sonoras que interpretamos como música a lo largo del mundo, eso que llamamos instrumentos, puede ser una exploración fascinante también desde la literatura. El misterio del último Stradivarius es la prueba.
Su pasión por las cuerdas, entonces, llevó al autor a escribir una novela con un disparador peculiar: el último violín Stradivarius, creado por el luthier italiano Antonio Stradivari, es el objeto que conecta los hilos de un policial negro.
El último violín stradivarius construido por el célebre luthier Antonio Stradivari es el protagonista y, al mismo tiempo, es el común denominador de las dos tramas, que terminan por formar un texto único: una novela policial cercana a la serie negra, que parte de un hecho actual, el asesinato de un padre y su hija en una pequeña ciudad de Paraguay, para completar la historia de los guardianes del violín stradivarius generación tras generación.
El misterio del último Stradivarius ya disponible en librerías
A través de los siglos, la historia del violín stradivarius recorre las páginas de la novela y aparece representada en la vida de sus dueños ocasionales. El misterio del último Stradivarius de Alejandro Roemmers, editada por Editorial Planeta, invita a los lectores a hacer un recorrido apasionante entre las leyes del policial y el seguimiento de un hilo histórico desde las profundidades de las almas de quienes han sido dueños del violín stradivarius.
Esta novela policial y el germen de novela histórica, que van alternando en los capítulos pares e
impares, se contraponen, se articulan y complementan para formar un universo muy atractivo en su coherencia interna. Ideal para ir a buscarlo a la Feria del Libro.
Además, la novela no está exenta de una veta sobrenatural: el último violín stradivarius construido por Stradivari se presenta como un amuleto, un objeto poderoso que preserva de todos los males a quien lo posea. Aunque, de tomarlo de una manera estrictamente realista, la música sublime que produce también podría ser un buen ejemplo de protección pagana o divina.
