Germán Kiczka, exdiputado provincial por Misiones, fue condenado a 14 años de prisión por tenencia, facilitación y distribución de material de abuso sexual infantil. La Justicia fue contundente y también sentenció a su hermano Sebastián a 12 años por delitos similares.
El caso estalló el año pasado, cuando la Justicia allanó la casa de la familia Kiczka en Misiones, tras una investigación internacional que alertó sobre el tráfico de imágenes aberrantes de menores. En ese operativo, encontraron un volumen altísimo de archivos en computadoras.
Kiczka, que había asumido como legislador en diciembre de 2021 y que respondía políticamente a Pedro Puerta, fue desaforado y expulsado de la Legislatura en una votación unánime. Para ese entonces, ya estaba prófugo y lo encontraron días después en Loreto, Corrientes, escondido en un balneario.

Durante el juicio, el fiscal Martín Rau fue tajante: "El cuco de mi infancia está en la red. Son personas como él, que hacen estas cosas", dijo en un alegato que no escatimó en detalles terribles. Se mostraron videos "de contenido fuertísimo", según el propio Rau, y se comprobó el uso de equipos tecnológicos donde se almacenaban miles de archivos con escenas de abuso.
La insólita defensa de los hermanos Kiczka
La defensa de los hermanos intentó separar responsabilidades. Sebastián Kiczka incluso dijo que no sabía que era ilegal ver esos videos. Sus abogados pidieron que lo traten como un enfermo y no como un delincuente. Por su parte, el abogado de Germán pidió la absolución, alegando que no había pruebas nuevas y que todo era responsabilidad de su hermano. Nada de eso fue tomado en cuenta por el tribunal.

Finalmente, para cerrar su intervención, el fiscal recalcó que "estamos hablando de bebés, de criaturas muy chiquitas, sometidas a las peores atrocidades". Y agregó que "cada visualización es una forma de seguir abusando".