La noticia de la muerte del Papa Francisco a los 88 años sacudió al mundo entero. ¿Cuánto durarán los funerales y qué detalles específicos del protocolo modificó el Sumo Pontífice de cara a su fallecimiento?
Jorge Mario Bergoglio falleció en la madrugada italiana luego de participar de la misa de Domingo de Resurrección desde el balcón de la basílica de San Pedro. Murió casi un mes después de haber recibido el alta en el hospital Isola Tiberina Gemelli Isola, donde pasó 38 días hospitalizado por una neumonía bilateral.
Líder espiritual de más de mil millones de católicos, su partida marca el cierre de una etapa que transformó profundamente a la Iglesia. Sin embargo, la huella de su pontificado no se limita a sus años de vida: incluso en la muerte, Francisco quiso dejar un mensaje. ¿Cómo será su funeral?

Cómo será el funeral del Papa Francisco
Previo a su fallecimiento, el Papa argentino dejó escritos tres pedidos que, según expertos vaticanos, reconfigurarán para siempre la manera en que se entienden los funerales papales. En noviembre de 2024, Francisco aprobó una nueva versión del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el documento que regula el rito fúnebre de un Obispo de Roma. Lejos del boato de otras épocas, eligió la austeridad y la cercanía con el pueblo.
1. Una misa sin ostentaciones
En línea con su estilo de vida, el Papa Francisco pidió que la misa exequial esté centrada exclusivamente en la figura de Cristo resucitado. En su testamento litúrgico, dejó en claro que deseaba evitar cualquier gesto que representara grandeza o poder. Se eliminarán símbolos de poder temporal, y no se utilizarán títulos como “Vicario de Cristo” o “Su Santidad” en exceso. En su lugar, se lo nombrará simplemente como “Obispo de Roma” o “Pastor”.
Además, la ceremonia será mucho más sobria en términos estéticos. No habrá tronos ni ornamentaciones lujosas, ni se utilizarán cálices de oro ni ornamentos bordados con hilos de plata. La idea es transmitir un mensaje de humildad que acompañe su estilo pastoral.

2. Ataúd humilde y sin pompas
Una de las decisiones más simbólicas fue la de rechazar el tradicional sistema de triple ataúd (ciprés, plomo y roble) que utilizaban los papas anteriores. En cambio, el Papa Francisco eligió un féretro de madera simple con interior de zinc, material resistente pero mucho más accesible.
Este gesto, más allá de lo práctico, tiene una fuerte carga simbólica: el Papa Francisco quiso que su muerte también hablara del desprendimiento material, un principio que repitió incansablemente durante sus años como sumo pontífice.
3. Velatorio abierto y sin privilegios
Otra de las grandes diferencias con funerales anteriores será la modalidad del velatorio. El Papa Francisco pidió que no se realice en la tradicional capilla privada del Palacio Apostólico, un lugar históricamente reservado para cardenales y autoridades vaticanas. En su lugar, el cuerpo será expuesto en la Basílica de San Pedro, pero sin catafalco ni báculo papal, para que cualquier fiel pueda despedirse sin barreras ni distinciones.
El féretro estará abierto, y se buscará que la escena transmita sencillez. “Todos deben poder acercarse a despedirse de su pastor, como hermanos”, dejó escrito el Papa Francisco.

La ceremonia final: entre la intimidad y el simbolismo
El funeral será presidido por el cardenal camarlengo Kevin Farrell, uno de los hombres de confianza del Papa. La misa se celebrará en la Capilla de la residencia Santa Marta, donde el Papa Francisco vivió sus últimos días. Luego, el cuerpo será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, elegida por el propio pontífice como su lugar de descanso final.
Este pedido rompe con otra tradición vaticana: en lugar de ser enterrado en las grutas del Vaticano junto a sus predecesores, Francisco eligió un lugar que visitó con frecuencia durante su pontificado. Allí, en la basílica romana, podrá descansar en paz en un espacio de profunda devoción mariana.
El protocolo del Vaticano tras su muerte
Tras el fallecimiento de un Papa, el Vaticano activa un protocolo riguroso. Uno de los actos más simbólicos es la destrucción del anillo del pescador, una pieza única grabada con el nombre del pontífice. Este gesto marca el fin oficial de su papado. Aunque no se ha confirmado si este acto ya fue realizado, se espera que se lleve a cabo antes de la misa exequial.
Otro de los cambios significativos impulsados por el Papa Francisco fue la eliminación del rito en el que el camarlengo golpeaba tres veces la frente del Papa con un martillo de plata para confirmar su muerte. En su lugar, el deceso se certifica de forma privada en la capilla del Palacio Apostólico, evitando un ritual considerado arcaico.

El período conocido como Sede Vacante ya comenzó. Durante este tiempo, el camarlengo se encarga de los asuntos temporales de la Iglesia mientras se organiza el cónclave para elegir al nuevo pontífice.
Cómo será el proceso para elegir al nuevo Papa
El Colegio Cardenalicio deberá reunirse en cónclave dentro de los próximos días. Este encuentro se realizará en la Capilla Sixtina, y sus miembros deberán votar en secreto hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Cada voto se consigna en papeletas que son luego quemadas.
Si no se alcanza una decisión, el humo que emana por la chimenea es gris. Cuando se elige un nuevo Papa, se quema una sustancia que genera humo blanco, la llamada fumata blanca, que anuncia al mundo que hay un nuevo líder para la Iglesia Católica.
El elegido será presentado desde el Balcón Central de la Basílica de San Pedro, con el tradicional anuncio: “Habemus Papam”.
Un funeral que quedará en la historia
El Papa Francisco, nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, fue el primer pontífice latinoamericano, el primero jesuita y también el primero en más de 1200 años que no provenía de Europa. Su papado, iniciado en 2013, estuvo marcado por un enfoque pastoral, inclusivo y centrado en los más pobres.
Su funeral, como todo su pontificado, rompe moldes. Al optar por una despedida austera, abierta y centrada en la fe, el Papa Francisco buscó que su muerte también sea un mensaje evangélico: “Volver al centro, a Jesús, al pueblo, al servicio”.
Así como en 2023 presidió el funeral del papa emérito Benedicto XVI —un hecho sin precedentes en la historia reciente de la Iglesia—, ahora le toca a él ser despedido por una comunidad que lo admiró no por su poder, sino por su cercanía.