El papa Francisco, el primer pontífice argentino en la historia de la Iglesia Católica, falleció este lunes 21 de abril de 2025 a los 88 años. ¿Qué pensaba el sumo pontífice sobre la muerte?
La noticia fue confirmada por el Vaticano a través del cardenal Kevin Joseph Farrel, quien comunicó que "el obispo de Roma, Francisco, ha retornado a la casa del Padre". Su muerte generó una profunda conmoción a nivel mundial y abrió nuevamente el interés por sus enseñanzas, pensamientos y reflexiones más íntimas.
En este contexto, uno de los temas más conmovedores que se volvió a instalar fue la visión que tenía el papa Francisco sobre la muerte. Un video que circula en redes sociales se volvió viral por la sinceridad con la que Jorge Mario Bergoglio abordó ese momento inevitable para todo ser humano.

Qué pensaba el papa Francisco sobre la muerte
En aquella entrevista, que hoy resurge con fuerza tras su fallecimiento, el papa Francisco habló abiertamente sobre la muerte. Lejos de evadir el tema o hablar en abstracto, el Sumo Pontífice expresó su deseo de estar consciente en sus últimos instantes. "Que al menos la vea venir", dijo con claridad, sin dramatismo, pero con mucha humanidad. Esa frase quedó grabada en quienes lo escuchaban, y hoy cobra un nuevo significado.
“Sé que va a venir”, afirmó entonces con tranquilidad, acompañado de un gesto suave con las manos, casi como quien ya convive con esa certeza. La muerte, para él, no era una amenaza ni un castigo, sino una parte más del camino de la fe. “Alguna vez que me pareció que podría haber riesgo, me preparé”, relató en la misma charla, haciendo referencia a momentos complejos de salud que había atravesado años atrás.
En particular, recordó una operación complicada a la que debió someterse, y cómo espiritualmente se preparó para lo que pudiera suceder. “Le pedí al Señor que no me agarre inconsciente, eso no”, confesó. Esa frase sintetiza una actitud muy clara del papa Francisco: no temerle a la muerte, pero sí desear vivirla con conciencia, con lucidez y con fe.
El miedo a la muerte según el papa Francisco
En su testimonio, el papa Francisco también reflexionó sobre el miedo a la muerte, algo que atraviesa a toda la humanidad desde siempre. Pero para él, el temor no radicaba en el hecho mismo de morir, sino en cómo sucedía ese tránsito. “Dicen que es raro que exista el miedo a la muerte, el miedo es verla venir”, explicó.
Con estas palabras, Bergoglio dejó ver que lo que asusta no es el fin en sí, sino la posibilidad de atravesarlo en soledad, con sufrimiento o sin preparación. Por eso, remarcaba la importancia de estar listo espiritualmente, de haber hecho el camino de la reconciliación, de estar en paz con uno mismo y con Dios. Para él, el último acto de la vida debía ser un paso hacia la esperanza, no un motivo de angustia.
Cómo imaginaba Francisco los minutos posteriores a la muerte
Además de hablar sobre sus sentimientos ante la muerte, el papa Francisco compartió cómo imaginaba él ese instante posterior al último suspiro. “Debe haber una luz muy grande, una felicidad muy grande. Un camino muy grande en el camino del encuentro con Dios”, expresó. Esa frase refleja con claridad la profundidad de su fe, una confianza absoluta en el abrazo divino que espera al final del camino.

En esa misma línea, concluyó con una afirmación que hoy, tras su fallecimiento, resuena con especial fuerza entre creyentes de todo el mundo: “Yo creo que Dios hasta último momento espera y ayuda”. Esta convicción lo acompañó hasta sus últimos días y fue central en su predicación durante más de una década como pontífice.
El papa Francisco y su legado espiritual frente a la muerte
El pensamiento del papa Francisco sobre la muerte no puede analizarse de forma aislada, ya que forma parte de un legado espiritual mucho más amplio. Durante su pontificado, el argentino insistió constantemente en la misericordia de Dios, en el perdón, y en la importancia de la esperanza cristiana.
Para Bergoglio, el Evangelio no debía ser leído desde el miedo ni desde el castigo, sino desde el amor incondicional de un Dios que nunca abandona. Y esa misma visión aplicaba a la muerte. En múltiples ocasiones, tanto en homilías como en discursos públicos, explicó que morir es un acto de entrega y de confianza: “Cuando llegue la muerte, dejémonos llevar por Dios, que es Padre, que nos espera con ternura”.
Incluso en sus últimos mensajes, el papa Francisco mantuvo esa mirada luminosa. Durante la celebración de Pascua en la Basílica de San Pedro, en lo que fue su última aparición pública, habló de la resurrección no solo como un hecho histórico, sino como una promesa vigente. “Cristo ha resucitado y con Él resucitaremos también nosotros”, afirmó con voz firme, aún debilitado por sus problemas de salud.
Su salud en los últimos meses
En el último tiempo, el estado de salud del papa Francisco se había deteriorado. Había reducido sus actividades públicas y delegó muchas funciones a sus colaboradores más cercanos. Sin embargo, intentó mantenerse presente en momentos clave para la Iglesia, como fue la celebración de la Semana Santa y la Pascua de 2025.

A pesar de su debilidad física, el pontífice se mantuvo lúcido hasta el final y en paz con su destino. “Ojalá al menos la vea venir”, había dicho. Y todo indica que fue así: rodeado de fe, preparado y en conciencia, como lo había deseado. Su muerte marca el fin de una era, pero también reafirma un legado de profunda humanidad.