En un contexto en el que cada vez más personas se interesan por una alimentación saludable y sostenible, las microalgas se perfilan como un superalimento que podría cambiar las reglas del juego. Estos organismos diminutos, invisibles a simple vista pero cargados de nutrientes, están ganando popularidad por su capacidad para aportar proteínas completas, omega 3 y antioxidantes, todo en un formato natural y accesible.
No solo son una fuente vegetal con un perfil nutricional comparable al de las proteínas animales, sino que además se cultivan sin grandes impactos ambientales: no requieren suelos agrícolas, pueden desarrollarse en aguas salobres y hasta ayudan a capturar dióxido de carbono. Por eso, científicos, nutricionistas y médicos coinciden en que este superalimento no solo es clave para la salud, sino también para el planeta.
Su incorporación en dietas vegetarianas, veganas e incluso tradicionales viene creciendo a paso firme. Además de ser muy versátiles y fáciles de consumir en polvo, cápsulas o comprimidos, las microalgas como la spirulina o la chlorella ya son parte de la rutina de muchos deportistas, adultos mayores y personas con problemas digestivos. ¿Por qué? Por su altísimo valor nutricional.

¿Qué aportan las microalgas como superalimento?
Las microalgas contienen hasta un 70% de su peso seco en proteínas de alta calidad, algo muy valorado por quienes siguen una dieta basada en plantas. Además, son ricas en omega 3 de alta disponibilidad, especialmente EPA y DHA, dos ácidos grasos esenciales que resultan fundamentales para el buen funcionamiento del cerebro, la vista y el sistema inmunológico.
Este superalimento también ofrece minerales como hierro, magnesio, calcio y fósforo; vitaminas del complejo B, provitamina A (betacarotenos), y antioxidantes como la ficocianina, un pigmento que no solo combate los radicales libres, sino que también alimenta la microbiota intestinal. La clorofila, por su parte, apoya la detoxificación del cuerpo y contribuye a la salud sanguínea.
En función del tipo de microalga, se destacan distintos beneficios: la spirulina sobresale por su contenido en hierro, ideal para quienes necesitan reforzar su energía; la chlorella, por su alto contenido de clorofila, es clave para eliminar toxinas; y otras especies como la Dunaliella o la Haematococcus se valoran por sus antioxidantes únicos.

¿Quiénes se benefician más con este superalimento?
Este superalimento puede marcar la diferencia especialmente en personas que siguen una alimentación vegetariana o vegana, ya que aporta proteínas completas sin necesidad de recurrir a fuentes animales. Pero también es ideal para adultos mayores, que necesitan reforzar su salud cognitiva y visual; para deportistas, por su alto contenido de hierro y proteínas; y para quienes tienen síntomas digestivos o buscan mejorar su microbiota.
Según el gastroenterólogo Facundo Pereyra, las microalgas son una herramienta poderosa para el bienestar digestivo, gracias a su contenido de polifenoles que actúan como prebióticos. A su vez, la nutricionista Milagros Sympson destaca que, aunque la biodisponibilidad de sus nutrientes mejora con ciertos procesos, las microalgas siguen siendo una opción más que válida para enriquecer cualquier dieta.
Cómo incorporar las microalgas en tu alimentación
La forma más común de consumir este superalimento es en polvo o comprimidos, que se pueden agregar a batidos, jugos o incluso a recetas dulces o saladas. La espirulina, por ejemplo, tiene un sabor característico que combina bien con frutas cítricas, mientras que la chlorella se adapta mejor a preparaciones detox.
También existen productos elaborados como snacks, barras energéticas y suplementos que ya incorporan microalgas como ingrediente principal. La clave está en elegir presentaciones de buena calidad, con certificación de origen, y consultar con un especialista para ajustar la dosis según cada necesidad.

Cada vez más accesibles y con un perfil nutricional difícil de igualar, las microalgas se consolidan como un verdadero superalimento del siglo XXI. Con beneficios que van desde la mejora cognitiva hasta el cuidado intestinal y muscular, todo indica que este pequeño organismo tiene un futuro gigante en nuestra alimentación cotidiana.