Una buena parte de las sociedades, entre las que se cuentan creyentes y no creyentes, despiden al Papa Francisco con recogimiento y devoción tras su fallecimiento este 21 de abril desde el Vaticano. Su legado comprometido con la justicia social y con acercar la Iglesia lo más posible a la gente de a pie perdurará, pero la incertidumbre sobre el nuevo cónclave para elegir sucesor genera preguntas. ¿Volverá a ocupar el lugar alguien que esté en la vereda opuesta de la institución eclesiástica, un conservador?.
El pontificado del Papa Francisco estuvo marcado por su identidad: jesuita, latinoamericano, proveniente "del fin del mundo" y comprometido con acompañar a los pobres desde antes de asumir el papado, Jorge Mario Bergoglio fue el exponente más reformista dentro de la rama progresista de la Iglesia católica hasta la fecha, es decir, la rama que busca adaptar la doctrina a los tiempos que corren, escuchando las necesidades diversas y los cambios sociales. Un ejemplo son los curas villeros, con la Teología de la liberación.
¿En qué contexto asumió su rol el Papa Francisco? El 13 de marzo de 2013 concluyó el proceso del cónclave y Bergoglio fue elegido entre los papables para ocupar la máxima jerarquía dentro de la Iglesia Católica. Su elección se realizó con una institución revuelta por la renuncia de su predecesor, Benedicto XVI, el cardenal alemán Joseph Ratzinger, y por el escándalo de corrupción, lavado de dinero, abuso sexual en la infancia y malversación que se había destapado apenas un año antes, el "Vatileaks".

¿Qué fue el "Vatileaks" y por qué llevó a una renuncia histórica en el Vaticano?
Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, dejó su cargo como Papa el 28 de febrero de 2013. Casi un año antes, el 25 de febrero de 2012, un programa de noticias italiano que se transmitía por la TV pública, Gli intoccabili, develó una serie de documentos y cartas confidenciales de las autoridades del Vaticano que demostraban delitos como malversación de fondos de la Iglesia y encubrimiento. El término "Vatileaks" se adoptó de WikiLeaks, el sitio web creado por Julian Assange para difundir información clasificada de la CIA.
La gravedad del hecho en el Vaticano fue tal porque en los documentos aparecían nombres de cargos jerárquicos dentro de la Iglesia implicados, como Tarcisio Bertone, el secretario de Estado del Vaticano y mano derecha de Benedicto, de quien se demostró que participó y encubrió estos hechos de corrupción.
Siguiendo con la cronología de los hechos, el 24 de abril, tres meses después del boom mediático de la filtración de información y la desestabilización que generó esto puertas para adentro, Benedicto XVI creó una comisión especial en el Vaticano compuesta por los cardenales cercanos a él Herranz, Tomko, y De Giorgi para investigar y dar con el responsable de la fuga de documentos.

El 23 de mayo fue arrestado Paolo Gabriele, el mayordomo de Benedicto, acusado de robo con agravante. Fue acusado luego de que la Policía del Vaticano registrara su casa y encontrara documentación confidencial. Hasta ese momento sólo había caído él pero ningún religioso o autoridad.
El 30 de mayo, Benedicto XVI dio su primer discurso público haciendo eco del hecho y dijo: "Hay muchas intromisiones amplificadas en algunos medios de comunicación. Deseo renovar mi confianza a mis más estrechos colaboradores y a todos los que cotidianamente, con fidelidad y en silencio me ayudan en el cumplimiento de mi ministerio". Unos días después, le escribió una carta al secretario Bertone dándole su apoyo y renovando su confianza en él.
Histórico: Benedicto XVI abandona su rol como Sumo Pontífice
Unos pocos meses después, en medio de la efervescencia por la información que se había conocido, Benedicto dejó su rol como Sumo Pontífice para que ocupe su lugar Francisco en el Vaticano. La elección de Benedicto XVI hecha por el cónclave fue apoyada por mayoría de miembros del Opus Dei y, según los especialistas, se eligió a un Papa "intelectual", que hiciera pura teología, para contraponerlo a la figura de Juan Pablo II, el líder carismático que lo antecedió.
Con mucha influencia política y diplomática tras su apoyo a Reagan y Tatcher, Juan Pablo II continuó la labor de Juan Pablo I de unificar el ala progresista y el ala tradicionalista de la Iglesia y lograr un alcance que trascendiera la atención de los fieles, que eran cada vez menos en un mundo globalizado. Juan Pablo II gestionó recursos económicos y de influencias para la persecución del comunismo durante los 80s y estuvo inmerso en un escándalo por rumores de un romance entre él y una filósofa italiana.
Para algunos, la renuncia de Benedicto XVI fue consecuencia de su incapacidad para gobernar y el agotamiento de su autoridad, para otros, el Vatileaks. Cuando asumió el Papa Francisco, el cónclave lo eligió con un objetivo específico: purificar a la Iglesia como institución tras los escándalos y "encauzarla", alejarla de la lujuria y los delitos. Francisco llevó adelante, dentro de todas sus reformas, una purga que cortó algunas cabezas jerárquicas vinculadas con delitos.
Después de la fuga de información del Vatileaks se produjeron el Vatileaks II, en 2015, y el Vatileaks III, en 2019; todas revelaciones de información confidencial que compromete a altas jerarquías y que demuestra delitos dentro del Vaticano.
