En el medio de la despedida mundial al Papa Francisco, el cónclave se comienza a organizar para elegir al próximo que lo sucederá y ya apareció el primer conflicto, protagonizado por un cardenal lejano a Francisco que generó rispideces entro del Vaticano.
El protagonista del conflicto es el cardenal Angelo Becciu, un cardenal al que el Papa Francisco le prohibió la entrada al cónclave antes de fallecido. Ahora, a pocos días del fallecimiento del Papa, mientras se desarrollan los funerales, el cardenal insiste en ingresar y participar de la decisión del nuevo Sumo Pontífice en la Congregación General de cardenales, una asamblea donde comienzan a debatir quién será el próximo líder.
Francisco lo había destituido a Angelo Becciu y lo despojó de sus derechos como cardenal porque estuvo inmerso en un fraude financiero que se conoció como "Vatileaks III", una filtración de información clasificada que demostró que el cardenal estuvo al frente de malversación de fondos del Vaticano.

Primer conflicto en el cónclave de la mano del cardenal judicializado Angelo Becciu
En 2021, el Tribunal del Vaticano lo acusó por varios cargos, como malversación de fondos, blanqueo de dinero, fraude, extorsión y abuso de poder. El Papa Francisco avaló la acusación, lo que contribuyó a su enemistad. En 2023, el cardenal se convirtió en el primer religioso en ser condenado a cinco años y seis meses de prisión y la prohibición de ejercer cargos públicos.
Becciu, según investigó la Justicia, fue exsustituto de Asuntos Generales del Vaticano y se vio implicado en la compra de un inmueble de lujo por 200 millones de euros en Londres a nombre del Vaticano.
Francisco, dentro de la Iglesia, en 2020 lo despojó de sus "derechos ligados al cardenalato", como participar de la asamblea para elegir Papa, pero Becciu conservó el título de cardenal.
Ahora, la decisión de Francisco está siendo desafiada por el propio Becciu, quien expresó su intención de participar en la votación para elegir al nuevo Papa. Este movimiento del cardenal se interpreta como un gesto desestabilizador puertas adentro del cónclave, que se suma a las tensiones e intrigas preexistentes.
