Por suerte, ya no es necesario esconder las referencias directas a los artistas que te inspiran. BLAIR está obsesionada con David Lynch y con Mia Goth (la actriz que encarna a Pearl) hace años y plasmó sus obsesiones en Bar Scorpios, su último disco, con una narración de terror en clave femenina dedicada al director yankee, el ascenso y caída de Teresa, una protagonista que coquetea con la violencia, la culpa, el placer y el dolor de crecer, emanciparse -o escuchar al Diablo- y pagar las consecuencias del libre albedrío.
Una chica católica, pura y obediente, entre rezo y rezo se sube a los bancos y al altar de la basílica a la que va todos los días a rezar. Le falta el respeto a los íconos, a las jerarquías. Al final no era tan buena, ni tan obediente... como Pearl (2022), que pisotea todas las normas del recato y lo que tiene que ser una buena jovencita en la escena en la que se toca con un muñeco de paja fantaseando con ser actriz.
Bar Scorpios es el nuevo disco de BLAIR -el seudónimo de Julieta Ordorica-, producido por Nico Cotton y coproducido por su guitarrista Dante Saulino. Un álbum narrativo indie, alt pop y punk en el que la cantante viene trabajando hace un año y que vio la luz este 23 de abril.

La female rage a la que apuesta BLAIR -esa categoría que se concentra en la rabia femenina contextualizada- se une con la coming of age de una chica religiosa que, contra todo pronóstico, tal vez nunca fue buena. Lo mejor del gótico femenino en 13 canciones que acompañan un momento de la vida de esta chica que piensa que está podrida por dentro y desea hacer daño.
Teresa tiene un pasado de violencia intrafamiliar, un padre violento (Dejar de ser yo, Padre muerto), que lidia con el consumo problemático de alcohol (Hombre roto con Santiago Motorizado), que le sirve para tapar las voces que la incitan a pecar. Resuena Laura Palmer, la heroína de Twin Peaks de Lynch, y sus planos, loops y colores azul y rojo.
Bar Scorpios, el ascenso y caída de BLAIR
"Me vestí como Teresa", me cuenta Kiki, una fan de BLAIR que la espera en la puerta del teatro donde la cantante oriunda de Punta Alta organizó la escucha de su nuevo álbum. "Teresa" es Santa Teresa de Ávila, la inspiración espiritual y estética del nuevo disco de BLAIR.
El primer asomo de la Bad Blair que pelea por salir a la superficie. El Éxtasis de Santa Teresa de Bernini es famoso por retratar la visión que tiene la santa donde un ángel la apuñala y ella dice que siente placer y dolor. Algunos lo interpretan como una figuración de la petit mort, el orgasmo que está en el limbo entre la vida y la muerte. Dos polos, bien y mal, placer y dolor, que la religión católica supo explotar a la perfección en su doctrina.
Sola inaugura el disco y da pistas, "Nací sola / crecí sola / me siento sola / moriré sola". Todo lo que tengo cuenta la historia de una chica que se quiere escapar del encierro católico, del convento, con la promesa de que afuera en el mundo hay algo más esperando. Un melodía indie con una cantante que trama lo que está por venir. "Aunque digan que afuera se esconde el mal / sospecho que ya nada es verdad" canta Teresa mientras baila y se prepara para huir de lleno a lo desconocido.

El enojo con Dios por no ser el salvador todopoderoso que el catolicismo le prometió a la mini Teresa, el cansancio y la frustración de quien espera una salvación que no llega y la promesa de que esa rabia se materializará: "Voy a quemar este altar" es figurado, pero el abandono al que la sometió Dios es explícito, "Te olvidaste de cuidarme / me aburrí de amarte porque nada me das" le dice al interlocutor omnipresente que la vigila en lugar de protegerla.
No hay perdón, ni redención, ni consuelo en el mundo real. Todas las promesas de plenitud eterna se desdibujan y a Teresa la acechan pesadillas dolorosas llenas de manos y dedos que narra Mariana Enríquez, la presidenta del terror, cuando encarna la voz de la protagonista que lee para adentro su diario íntimo.

Los pecados la atormentan y la excitan. La salida al dolor extremo es un exorcismo y una maldición. "Creo que la unica manera de exorcizar este dolor es provocarlo, a lo mejor no puedo librarme de él, a lo mejor tengo que pasárselo a alguien más" piensa Teresa y aparece renovada, morocha en un bar, donde mata a Dillom, la segunda colaboración del disco. Carne viva es Teresa en toda la plenitud de su conciencia, que ya se liberó y narra en primera persona sus deseos prohibidos "Quisiera matarte y que te me mueras adentro / arrancar tu piel y verte en carne viva / hundir mis dedos sucios en todas tus heridas".
Hecha la confesión, llega la desesperación. Nunca lo van a entender, con un riff punk, adelanta su muerte: "Pronto me voy a ir, todos van a morir / viendo mi cara en todas partes / nunca lo van a entender" grita Teresa. El suicidio le respira en la nuca, último recurso para acallar la pobredumbre que se le aloja y de la que no puede zafarse. ¿Y si en realidad fue mala todo este tiempo? ¿y si para la violencia no hay explicación más que la maldad en sí misma?. Teresa, al final, yace como "un cadáver triste, lindo y sabio" y se convierte en una fantasma ahogada en la tristeza. "Nací sola, crecí sola, me siento sola, moriré sola", BLAIR prometió y cumplió.
