A contra mano de otros líderes mundiales, Milei se perdió la despedida del papa Francisco

El presidente Javier Milei no llegó a la despedida del papa Francisco a cajón abierto en la basílica de San Pedro. En cambio, otros líderes mundiales presentaron sus primeros respetos ante el féretro del Sumo Pontífice.

Milei no llegó a la despedida debido a que dedicó sus últimas horas en argentina para participar de un evento en la fundación de los Benegas Lynch para premiar al economista ultraliberal español Jesús Huerta de Soto. De todas maneras, el presidente argentino participará el sábado del funeral de Estado que se realizará a cajón cerrado.

Tras la muerte del Santo Padre, Milei lo calificó como "el argentino más importante de la historia". Sin embargo, antes de asumir la Presidencia, el libertario lo había calificado como "ese imbécil que está en Roma" y lo llamó "el representante del maligno en la Tierra".

A contramano de Milei, el presidente Emmanuel Macron, su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva o el irlandés Michael Higgins, se despidieron del papa en la capilla ardiente. También pasaron por la basílica de San Pedro la líder de la indica, Droupadi Murmu, la primera ministra italiana Giorgia Melonios y reyes de España, Felipe VI y Letizia.

Lula da Silva compartió un posteo en sus redes sociales despidiendo a Francisco: "Compartiendo la emoción y la devoción con todos los que vinieron a rendir su merecido homenaje al Santo Padre", escribió, acompañado de una foto en la que se lo ve rezando. "Que tu sabiduría, coraje y compasión sigan iluminando los corazones de todos nosotros", concluyó.

El sábado se realizará la Santa Misa Exequial, en el atrio de la Basílica de San Pedro, en el atrio de la Basílica de San Pedro. Acto seguido, el cuerpo del Sumo Pontífice se trasladará hacia la Basílica de Santa María Maggiore, donde finalmente será enterrado.

Tras evaluar diversas opciones y en coordinación con el operativo de seguridad lista para desplegarse, las autoridades italianas confirmaron que el cortejo fúnebre recorrerá seis kilómetros del corazón de Roma, desde la Ciudad del Vaticano hasta la Basílica.