Lo que comenzó como un acto heroico terminó en una tragedia terrible. Alejandro Cortez Gonzalez, un joven turista estadounidense de 20 años, desapareció el domingo en una playa de Cancún después de tirarse al mar para rescatar a una amiga que se ahogaba. Si bien logró su objetivo, nunca volvió. Ahora su cuerpo apareció en la playa, devorado por tiburones.
El chico estuvo desaparecido durante varios días. La alerta de bandera roja ondeaba en la zona hotelera de Cancún, advirtiendo el peligro del fuerte oleaje. El miércoles por la tarde, un grupo de turistas que caminaban por la orilla de la playa Chac Mool se toparon con restos humanos arrastrados por la marea.
Dichos restos, sin embargo, contaban con una horrorsa particularidad: se trataba de un esqueleto, pero con la cabeza intacta, hinchada por el agua. Las autoridades sospechan que el cadáver fue devorado por tiburones. Extraoficialmente, se ha señalado que los restos corresponden a Alejandro, cuya imagen circuló en redes sociales mientras su familia rogaba por noticias desde hacía tres días.
La cabeza y el esqueleto fueron luego trasladados a las instalaciones del Servicio Médico Forense, donde permanecerá hasta que sus familiares concluyan los trámites para reclamarlo. Con respecto a la mujer que salvó el joven, tras ser sacada con vida del mar fue llevada en una ambulancia a un hospital privado donde se reporta estable.
Tras la noticia, madre del joven compartió un desgarrador mensaje en Facebook: “Mantuvimos la esperanza, y oramos por un milagro. Aunque el resultado no fue lo que queríamos, Dios respondió a nuestras oraciones. El cuerpo de Alejandro ha sido encontrado, Matt y yo vamos a poder traer a nuestro bebé a casa”.
"La foto es de la noche que se metió al agua; su sonrisa me recuerda lo feliz que estaba de estar con sus amigos y pasar tiempo en un lugar nuevo. Me alegra saber que estaba tan feliz", agregó, junto a una imagen de su hijo en la playa, antes de la tragedia.