Durante más de seis horas, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se sometió a un intenso interrogatorio por parte de los bloques de la oposición de la Cámara de Diputados por el escándalo de la criptomoneda $LIBRA, que tiene al presidente Javier Milei como principal promotor. Sin embargo, intntó esquivar toda pregunta que pusiera al mandatario en una situación delicada.
A la interpelación también fueron convocados los ministros de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y de Economía, Luis Caputo, quienes faltaron alegando “compromisos urgentes” y “cuestiones de agenda impostergables”, pese a que la Constitución Nacional los obliga a asistir al recinto una vez convocados. Ante el fuerte malestar de la oposición, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, accedió a citarlos el próximo 14 mayo para una nueva interpelación.
En el arranque de la sesión, Francos leyó un escrito en el que enfatizó que Milei "no mantiene ni mantuvo ningún vínculo con $LIBRA”. Reconoció que el Presidente se reunió con Julian Peh (Kip Protocol) y Hayden Mark Davis (Kelsier Ventures) -impulsores de $LIBRA- así como con Mauricio Novelli, señalado como el nexo entre Milei y los empresarios. Sin embargo, subrayó el carácter personal de esos encuentros y descartó cualquier tipo de contraprestación económica recibida por parte del Presidente por esas reuniones.
Como era previsible, Francos se aferró a un libreto que, básicamente, consistió en no responder con precisión las preguntas más comprometidas, relativizar la existencia de una estafa (adujo que eso está bajo investigación judicial) y que ningún funcionario, empezando por el Presidente, lucró con el frustrado proyecto $LIBRA.
Preguntas incómodas no respondidas por Francos
"¿Por qué se insiste en que el Presidente se limitó a difundir un proyecto cuando fue el primero en dar a conocer el número de contrato?", preguntó la diputada de Unión por la Patria, Sabrina Selva. Francos repitió lo que sería su latiguillo: “El presidente se limitó a difundir información que era pública. Yo no tengo que ver en el tema”.
Francos dijo que Milei difundió el memecoin desde su cuenta personal y que no se trató de una acción del “ámbito de la vida pública, ya que se hizo desde la Quinta de Olivos”. Pero la cuenta de Milei tiene una tilde gris de verificación, que indica que pertenece a un funcionario o a un organismo gubernamental (como si hubiera que aclararlo), y la residencia presidencial no es propiedad privada: pertenece al Estado nacional desde 1918 y se encuentra bajo jurisdicción federal.

El jefe de Gabinete no respondió cómo accedió Milei al “contrato” –el código alfanumérico de 44 caracteres- que posteó la noche del 14 de febrero. Esa información era “pública”, sostuvo, pero eso es falso, según corroboraron expertos informáticos. Y ante la invitación de otro legislador a que informara dónde constaba ese código alfanumérico antes de que Milei lo difundiera, la respuesta de Francos fue escueta: “No sé dónde estaba”.
Francos además minimizó múltiples revelaciones sobre el “caso $LIBRA” como mera “información de prensa” que no consta en la Justicia, pero obvió así los dichos de, por ejemplo, el empresario estadounidense Charles Hoskinson, que declaró que Novelli y Terrones Godoy le exigieron dinero a cambio de conseguirle una reunión con Milei durante el evento Tech Forum.
Además, Francos explicó que Milei no denunció ni criticó a Hayden Davis desde que estalló el escándalo porque la Justicia abrió una investigación y el Presidente es “muy respetuoso de las instituciones”. Pero obvió que el propio Davis indicó en una de sus apariciones públicas posteriores al colapso de $LIBRA que seguía en contacto con colaboradores del Presidente para definir qué harían con los US$ 100 millones que había retirado de la operatoria, y que le prometieron que “solucionarían todo”.