Si estás buscando una escapada a puro campo, aire fresco y buena comida sin alejarte demasiado de la ciudad, Tomás Jofre es el destino ideal. Este encantador pueblo rural, ubicado a solo una hora de la Capital Federal, combina a la perfección la tranquilidad de la vida de antes con una propuesta gastronómica que atrae a cientos de visitantes cada fin de semana. Es una escapada perfecta para quienes quieren desenchufarse del ritmo porteño y entregarse a los sabores criollos y caseros.
Conocido como el primer polo gastronómico de campo del país, Tomás Jofre —aunque su nombre original es Jorge Born— es un lugar donde los tiempos parecen haber quedado en pausa. Sus calles de tierra, las casonas antiguas con patios llenos de malvones y el verde intenso del campo bonaerense forman el marco ideal para una escapada distinta. Allí, entre el silencio y los aromas, uno se cruza con el espíritu de aquellos abuelos gringos y españoles que forjaron nuestras tradiciones.
Pero esta escapada no es solo paisaje y nostalgia: es también un verdadero festín. El pueblo cuenta con una amplia variedad de restaurantes, almacenes de campo y casas de té que ofrecen platos caseros de primer nivel. Desde pastas caseras, asados y picadas abundantes, hasta dulces típicos y vinos de producción local, Tomás Jofre se transformó en sinónimo de buena mesa, tranquilidad y turismo rural.

Qué hacer y qué comer en Tomás Jofre
Esta escapada tiene como protagonista indiscutido a la gastronomía. Los restaurantes del pueblo, muchos de ellos instalados en antiguas casas recicladas, ofrecen menús de campo con platos tradicionales: empanadas, asado, pastas caseras y postres típicos como flan con dulce o panqueques de manzana. También se pueden disfrutar picadas con quesos y fiambres de la zona, y pan casero recién salido del horno.
Además de sentarse a comer, hay muchas opciones para quienes quieren disfrutar de un día completo en contacto con la naturaleza. Estancias y casas rurales abren sus puertas para ofrecer días de campo que incluyen paseos en sulky, caminatas, alquiler de bicicletas, juegos para chicos y hasta clases de polo o vuelos de bautismo en la cercana ciudad de Mercedes. Es una escapada ideal para familias, parejas o grupos de amigos.

Un poco de historia en esta escapada con sabor a tradición
Si bien muchos lo conocen como Tomás Jofre, el nombre original del pueblo es Jorge Born, en homenaje a uno de los fundadores de la firma Bunge & Born. La estación del tren, sin embargo, recibió en 1931 el nombre de Tomás Jofre, un ilustre abogado y político puntano que vivió en la zona durante casi dos décadas. Hoy, ambas denominaciones coexisten, aunque el turismo rural y la gastronomía lo consagraron definitivamente como Tomás Jofre.
El pueblo cuenta con apenas veinte manzanas y unos 200 habitantes permanentes, pero los fines de semana esa cifra se multiplica hasta llegar a los 5000 visitantes. Todos van en busca de la misma experiencia: una escapada gastronómica distinta, con aire de campo y un ritmo pausado que invita a quedarse.

Cómo llegar desde CABA
Llegar a Tomás Jofre desde la Ciudad de Buenos Aires es muy sencillo. Hay que tomar el Acceso Oeste hasta la Ruta Nacional Nº 5 (salida en el kilómetro 62), continuar por esa ruta hasta el kilómetro 91 y luego doblar a la izquierda. Tras recorrer unos 8 kilómetros por la Ruta Provincial Nº 41, se llega al ingreso del pueblo.
Desde la zona norte, la mejor opción es tomar la Panamericana hasta el Camino del Buen Ayre y luego conectar con el Acceso Oeste. Y desde el oeste, simplemente se toma la Ruta 5 hasta el desvío en el kilómetro 91.
Tomás Jofre no necesita grandes publicidades ni atractivos artificiales. Su encanto está en la simpleza, en la calidez de su gente y en la autenticidad de su propuesta. Esta escapada rural, tan cercana como irresistible, es ideal para quienes buscan algo más que un almuerzo.