Habemus Papa. El nuevo Pontífice es el norteamericano Robert Prevost, un obispo cercano a las periferias, políglota, y con experiencia pastoral fuera del eje tradicional europeo. Si bien nació en los Estados Unidos, desde los comienzos de su sacerdocio se fue a trabajar en una misión en Perú, país con el que mantiene un fuerte vínculo. De hecho, en 2015 se nacionalizó peruano.
Nacido en Chicago en 1955, y criado en una familia católica de raíces obreras, Prevost ingresó a la Orden de San Agustín en su juventud, impulsado por una vocación misionera que se consolidó con sus estudios de filosofía y teología en la Catholic Theological Union y posteriormente en Roma, donde se doctoró en Derecho Canónico.
Fue ordenado sacerdote en 1982, y pronto comenzó una trayectoria que lo llevaría fuera de Estados Unidos, alejándolo del confort del ámbito académico para ponerse al servicio de las periferias. Sus primeros años ministeriales lo encontraron en Perú, donde ejerció como misionero en una región pobre del norte del país, en la diócesis de Chulucanas.
Allí Prevost desarrolló una pastoral centrada en la cercanía, la formación de comunidades y la defensa de los derechos humanos, experiencia que marcó profundamente su perfil: un religioso comprometido con la realidad social de América Latina, que aprendió a conjugar el rigor doctrinal con una mirada pastoral atenta a los más vulnerables.
El vínculo de Prevost con el papa Francisco
Su español fluido, su sensibilidad con la cultura latinoamericana y su proximidad al pensamiento de Francisco lo convierten en un sucesor natural del papado de Jorge Bergoglio. Prevost fue proclamado cardenal por el Papa Francisco en el Consistorio del 30 de septiembre de 2023, de la Diaconía de Santa Mónica.

Desde entonces, además, ocupó el puesto de prefecto del Dicasterio para los Obispos, un rol que lo convertiría en el principal asesor del pontífice en la designación de obispos en todo el mundo. Esa función, además de la confianza explícita de Francisco, le ha dado un lugar privilegiado en la estructura de poder vaticana.
Muchos ven a Prevost como un “puente” entre dos Iglesias: la institucional y la popular; la del Norte global y la del Sur. En tiempos donde se barajan nombres de África, Asia y América Latina, un norteamericano con corazón latino puede resultar una carta inesperada.