La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hizo un llamado a nivel mundial para que se refuercen las medidas de seguridad animal, tras los recientes brotes de fiebre aftosa que afectan principalmente a Europa.
"Los recientes brotes de fiebre aftosa en Europa y la introducción de una cepa exótica del virus en el Cercano Oriente han puesto de relieve la urgente necesidad de una detección temprana y de mejorar las medidas de bioseguridad para minimizar los impactos de la enfermedad" detalla el boletín de la FAO.
Este serotipo es exótico en las regiones del Cercano Oriente y Eurasia occidental, lo que genera gran preocupación por la posible propagación del virus, declaraba la FAO en una alerta.
Por ello, la FAO ha recomendado una serie de medidas urgentes de bioseguridad y una vigilancia reforzada tras la reciente detección del serotipo SAT1 de la fiebre aftosa en Irak y Bahréin.
Aftosa
La fiebre aftosa es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a animales de pezuña hendida, como bovinos, cerdos, ovejas, cabras y diversas especies silvestres.
Se caracteriza típicamente por fiebre y ampollas en la boca y las patas, acompañadas de cojera. Aunque pocos animales adultos fallecen a causa de la enfermedad, los animales jóvenes pueden morir de insuficiencia cardíaca repentina.
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Además, "el virus se propaga rápidamente y puede afectar a un gran número de animales, especialmente en países o regiones que habitualmente están libres de la enfermedad o que no utilizan la vacunación con regularidad", explica la FAO.
Si bien no representa una amenaza para la salud pública, la fiebre aftosa afecta gravemente la salud y el bienestar animal, la seguridad alimentaria y los medios de vida al reducir la productividad ganadera, incluyendo la disminución de la producción de leche y carne.
Mundo
"Las pérdidas económicas son considerables, con pérdidas directas de producción global y costos de vacunación en regiones endémicas estimados en 21.000 millones de dólares anuales", indica el comunicado.
La verdadera carga económica de la fiebre aftosa es probablemente mucho mayor si se consideran las perturbaciones del comercio internacional y local. Estos impactos pueden tener un efecto devastador en las comunidades rurales y las empresas que dependen de la ganadería.
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Recientemente, se detectó el virus de la fiebre aftosa en Europa, que normalmente está libre de la enfermedad y que ahora experimenta su peor brote desde 2001. Alemania detectó un brote en enero de 2025, pero desde entonces ha sido declarada libre de la enfermedad.
Sin embargo, una incursión en Hungría un mes después, con brotes posteriores en Eslovaquia, ha persistido. Como ejemplo del impacto de la fiebre aftosa en el comercio internacional, la FAO apunta que el gobierno del Reino Unido ha prohibido la importación de carne y productos lácteos de países europeos donde se ha detectado el virus, así como de Austria, debido a un brote en la vecina Hungría.

El falso debate de la Argentina
Desde la FAO advierten que numerosas cepas del virus de la fiebre aftosa siguen circulando en diferentes partes del mundo, y que los recientes brotes tanto en Europa como en Oriente Próximo ponen de relieve el riesgo constante que esta enfermedad supone para los medios de vida, la seguridad alimentaria y el comercio seguro.
La Argentina mantiene el estatus internacional de "libre de fiebre aftosa sin vacunación" (Patagonia) y "libre de fiebre aftosa con vacunación" (resto del país), pero lamentablemente hay quienes hacen lobby para dejar de vacunar al ganado bovino en la zona norte del país.
Actualmente los productores ganaderos argentinos aplican vacunas de producción nacional que son tetravalente, es decir, que protege a los animales de cuatro cepas mientras que países limítrofes como Brasil y Bolivia, han dejado de vacunar.
Frente a esto, hay empresarios argentinos que intentan importar vacunas de esos países para aplicarlas en la Argentina. Pero esas vacunas son bivalentes, o sea, que solo cubren dos cepas del virus.
A contramano de lo que recomienda la FAO y, con el oportunismo netamente económico de importar esas dosis ya sin uso en otros países, hay laboratorios que buscan reducir la protección de la hacienda bovina argentina.