El mundo corporativo encendió sus alertas esta semana tras el incumplimiento de pagos de deuda por parte de dos empresas de peso en sectores estratégicos: Celulosa Argentina, la mayor papelera del país, y Grupo Albanesi, líder en generación eléctrica. Ambas compañías ingresaron en períodos de gracia para renegociar con acreedores, en un contexto marcado por el ajuste fiscal y la volatilidad que trajo el giro económico impulsado por el gobierno de Javier Milei.
Celulosa Argentina comunicó que no podrá cumplir con los vencimientos de mayo de sus Obligaciones Negociables. Entre los motivos, citó una caída del 30% en sus ventas locales, el aumento de costos fijos en dólares debido a la apreciación del peso, y un entorno financiero más riesgoso tras los defaults de otras firmas del agro como Los Grobo y Red Surcos. Pese a pertenecer a un sector con potencial exportador, el complejo foresto industrial fue afectado por un tipo de cambio desfavorable y la fuerte caída del consumo interno.
La papelera, controlada por Tapebicuá Investment Company y con participación de los empresarios José Urtubey y Juan Collado, contrató una consultora para evaluar el reperfilamiento de su deuda. Su situación refleja las tensiones de un modelo que, al eliminar distorsiones del pasado, deja al descubierto a firmas que no logran adaptarse con rapidez al nuevo esquema económico.
En el sector energético, el Grupo Albanesi notificó que no afrontará el pago de intereses por 19,5 millones de dólares, afectado por la interrupción de pagos por parte de Cammesa desde mayo del año pasado. La empresa acumula una deuda de 1.200 millones de dólares y enfrenta una situación de liquidez crítica, aunque aún no de solvencia. Planea presentar una alternativa de refinanciación en el corto plazo, mientras arrastra una fuerte carga por intereses en pesos a tasas elevadas.

El agro, otro sector clave, también arrastra defaults recientes. Los Grobo, Agrofina y Red Surcos ingresaron en concursos de acreedores y arrastran pasivos multimillonarios. En particular, Red Surcos enfrenta denuncias por estafa, luego de colocar ONs por 100 millones de dólares poco antes de anunciar su insolvencia. Estos casos reflejan el descalce entre el modelo con cepo y tipo de cambio intervenido que proyectaban las empresas y la nueva lógica desregulada.
Desde el exterior, la situación no pasa desapercibida. Jaime Reusche, vicepresidente de Moody’s Ratings, advirtió que el rebalanceo económico argentino traerá "mayor volatilidad" y posibles complicaciones para ciertos sectores. A comienzos de año, la calificadora ya había alertado sobre un deterioro de la liquidez corporativa, anticipando mayores riesgos de refinanciación en 2025 para las compañías más expuestas.
El nuevo escenario económico argentino, con menos controles pero mayor exposición al mercado, empieza a pasar factura a empresas que no lograron adaptarse a tiempo. El impacto comienza a sentirse no solo en el agro, sino también en sectores como la energía y la industria pesada, marcando un punto de inflexión para la economía real.