Aunque pocos lo saben, muchos de los electrodomésticos que usás todos los días en tu casa tienen pequeñas cantidades de oro de 22 quilates entre sus componentes.
Este metal precioso es esencial para garantizar la conductividad eléctrica y la durabilidad de ciertos circuitos, pero suele terminar en la basura cuando se descarta el dispositivo.
Ahora, un grupo de investigadores del ETH Zurich dio un paso clave hacia la recuperación sustentable del oro escondido en dispositivos electrónicos. Desarrollaron un método innovador que utiliza residuos de la producción de queso para crear esponjas capaces de extraer oro de placas base y otros componentes.

Qué electrodomésticos contienen oro y pueden valer una fortuna
Estos son algunos de los artefactos que, aunque no lo parezca, pueden contener oro en su interior:
- Televisores y monitores LED o LCD
- Computadoras y notebooks
- Teléfonos móviles
- Cámaras digitales
- Impresoras
- Reproductores de DVD/Blu-ray
- Microondas
- Aires acondicionados
Cómo es el proceso que convierte basura en oro
El proceso comienza con residuos lácteos, como los que sobran al hacer queso. A partir de ahí se crean nanofibrillas proteicas, que se transforman en una esponja. Esa esponja tiene la capacidad de capturar iones de oro presentes en los circuitos electrónicos tratados con calor y ácido.

Una vez atrapado el metal, se lo somete a altas temperaturas y se reduce en escamas, que luego se funden para obtener pepitas de oro con una pureza del 91%. Según los investigadores, con solo 20 placas base de computadoras antiguas se puede obtener una pepita valorada en hasta $34.000 dólares.
Por qué esta técnica es un avance para el planeta (y tu bolsillo)
El nuevo método no solo reduce la contaminación asociada a los procesos mineros tradicionales, sino que también transforma residuos electrónicos en una fuente rentable de metales valiosos.
Esto cobra aún más relevancia frente a la creciente montaña de basura electrónica: según la UIT, en 2021 se generaron más de 57 millones de toneladas en todo el mundo.

La innovación promete cambiar la forma en que vemos nuestros viejos electrodomésticos: ya no como basura, sino como una oportunidad para reciclar y recuperar valor.