La investigadora del CONICET Irene Schloss fue la única argentina de un panel de 32 reconocidos científicos de distintas partes del mundo que, tras realizar un escaneo profundo sobre problemas relacionados con la conservación de la biodiversidad a nivel global, publicó la lista de las 15 principales amenazas emergentes para tener en cuenta en 2025.
Igual que en los informes anteriores (se realiza anualmente desde 2009), la iniciativa apunta a "anticipar y mitigar los impactos negativos, y aprovechar al máximo las nuevas oportunidades relacionadas con estas cuestiones", tal como escribieron los autores en Trends in Ecology & Evolution.
En diálogo con la Agencia CyTA-Leloir, la científica del Instituto Antártico Argentino y del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET), en Ushuaia, explicó la importancia del enorme trabajo realizado y puntualiza las cuestiones más acuciantes para el país.
"Este tipo de escaneo puede funcionar como una herramienta de orientación que, sin predecir el futuro, informa acerca de aspectos que pueden contribuir a una mejor adaptación para proteger la biodiversidad y para tomar decisiones más informadas en un mundo en cambio acelerado", señaló Schloss
Y añadió: "Al identificar cuestiones más o menos incipientes, pero con un gran potencial de transformarse en significativas, el estudio se convierte en una alerta temprana que puede guiar la investigación, la formulación de políticas públicas y la acción concreta en distintos ámbitos".
7 amenazas para la biodiversidad
De las 15 amenazas actuales que pueden afectar a la biodiversidad global, la investigadora argentina señaló los 7 problemas a los que se puede enfrentar el país. Cuatro de ellos son a corto plazo y los tres restantes se pueden agrupar en el mediano plazo.
Efectos combinados de la calidad y cantidad del agua
En Argentina, algunas regiones enfrentan problemas que involucran al mismo tiempo la cantidad y la calidad del agua dulce, como queda expuesto con las bajantes del río Paraná, que no sólo reducen el caudal de agua, sino que además concentran los contaminantes que están presentes.
Hielo marino en la Antártida
A diferencia del hielo continental (que se encuentra sobre tierra), el hielo marino se forma y flota sobre el océano, cumpliendo un rol clave en la regulación climática y ecológica. Al disminuir, deja más superficie expuesta al sol, lo que acelera el calentamiento oceánico y altera los patrones atmosféricos del hemisferio sur.
Mirá también: "Biocombustibles para transformar territorios"
Contaminación por PFAS y técnicas emergentes de remediación
Los PFAS (compuestos perfluoroalquilados), también llamados "químicos eternos", son sustancias artificiales utilizadas en productos industriales y domésticos como teflones, espumas contra incendios y textiles impermeables que se han detectado en ríos, lagunas y aguas subterráneas, especialmente cerca de zonas urbanas, industriales y campos fumigados.
Impactos antropogénicos en reservorios de carbono del lecho marino
Los fondos marinos de la plataforma continental argentina (una de las más extensas del mundo) almacenan grandes cantidades de materia orgánica (carbono) en sus sedimentos. Sin embargo, actividades humanas como la pesca de arrastre, la explotación petrolera offshore o posibles proyectos de minería submarina pueden alterar estos ecosistemas profundos, liberando carbono que contribuye al aumento del efecto invernadero y destruyendo hábitats esenciales para especies vulnerables.

Mediano plazo
Genética sintética dirigida en plantas
Existe una serie de herramientas biotecnológicas avanzadas –conocidas en inglés como "gene drives", que permiten modificar, o incluso eliminar, características específicas de las especies vegetales por medio de ingeniería genética. "En un país agroexportador como Argentina, donde el sector agrícola es clave para la economía, su implementación sin una regulación adecuada podría generar desequilibrios ecológicos, afectando tanto los cultivos comerciales como la biodiversidad local", advirtió Schloss.
Macroalgas como fuente de tierras raras
Las grandes algas marinas (o macroalgas), especialmente las que crecen en ambientes fríos o templados, tienen la capacidad de acumular en sus tejidos un grupo de 17 elementos químicos o "tierras raras" fundamentales para el desarrollo tecnológico actual (desde la fabricación de imanes a turbinas eólicas, baterías y dispositivos electrónicos). Y su extracción desde las algas sería menos costosa y contaminante que la terrestre.
Imitación de tricomas como alternativa a pesticidas
Los tricomas son pequeñas estructuras, parecidas a pelos, que recubren muchas especies de plantas y actúan como repelentes naturales de plagas. Mediante biotecnología se buscó recrearlos de manera artificial como una manera de reducir el uso de productos químicos pesticidas, que pueden resultar tóxicos y afectar la biodiversidad de suelos y aguas, y la salud humana. "Antes de su implementación efectiva es necesario estudiar su impacto sobre los ecosistemas y la eficacia a gran escala", expresó Schloss.
Para leer el trabajo completo se puede hacer clic aquí.