El Congreso italiano aprobó una nueva ley que restringe el reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia. La reforma impacta de lleno en miles de argentinos que ya iniciaron sus trámites o planeaban hacerlo.
Este martes, la Cámara de Diputados en Roma convirtió en ley el decreto impulsado por el gobierno de Giorgia Meloni, que modifica el régimen de ciudadanía italiana. La medida ya había recibido media sanción del Senado la semana pasada.
La nueva normativa establece límites generacionales para obtener la ciudadanía italiana por la vía del “Ius Sanguinis” (derecho de sangre), el principal canal utilizado por argentinos descendientes de italianos.

Qué cambia con la nueva ley de ciudadanía italiana
Desde ahora, solo podrán acceder a la ciudadanía italiana por descendencia quienes tengan un padre o madre nacidos en Italia, o un abuelo o abuela nacidos allí y que no tengan otra nacionalidad.
En otras palabras, se termina la transmisión automática de la ciudadanía a través de múltiples generaciones, como ocurría hasta ahora. Además, se suma una condición adicional: si los padres nacieron fuera de Italia, deberán haber residido al menos dos años consecutivos en el país europeo antes del nacimiento del hijo para poder transmitir la ciudadanía.
Qué pasa con los trámites en curso
La reforma establece que solo se considerarán válidos los trámites ingresados con documentación completa hasta el 27 de marzo de 2025 a las 23:59 (hora de Roma). Esto abre una ventana limitada para quienes ya están avanzando en el proceso.

Hasta esta reforma, la ley vigente desde 1992 no imponía límites generacionales, lo que permitió que millones de descendientes de italianos —especialmente en países como Argentina y Brasil— accedieran a la ciudadanía sin mayores restricciones.
Por qué el gobierno italiano endureció las condiciones
Desde el Ejecutivo italiano argumentan que muchos descendientes buscan la ciudadanía únicamente para obtener los beneficios del pasaporte europeo, sin tener vínculo real con Italia.

Por eso, el oficialismo busca ahora “revalorizar el sentido de pertenencia” y acotar el acceso a quienes mantengan una conexión más directa con el país.
En la Argentina viven cerca de un millón de ciudadanos italianos, fruto de la masiva inmigración europea del siglo XX. Se estima que decenas de miles de argentinos están hoy tramitando su nacionalidad italiana, por lo que el impacto de esta reforma será significativo.