La ciudadanía italiana, un derecho que durante décadas fue una de las principales vías de reconexión con las raíces europeas para miles de argentinos, acaba de recibir un golpe fuerte y definitivo. Con la aprobación del Decreto Tajani por parte de la Cámara de Diputados italiana —tras su paso por el Senado—, se restringe el acceso a este trámite únicamente a hijos y nietos de italianos, dejando afuera a los bisnietos, salvo que hayan iniciado su solicitud antes del 27 de marzo de 2025 a las 23:59 (hora de Roma).
El impacto de esta medida no es menor. Argentina es el país con mayor comunidad de origen italiano fuera de Europa, y solo en 2023 más de 20.000 personas obtuvieron la ciudadanía italiana por vía consular. En lo que va de 2024, ya van más de 30.000. Pero con la nueva legislación, entre 40.000 y 60.000 trámites en curso —mayormente de bisnietos— quedan en pausa o directamente sin posibilidad de avanzar.
El decreto, impulsado por el canciller Antonio Tajani, responde a una visión más restrictiva de la ciudadanía italiana, que busca limitar la demanda y “ordenar” el vínculo con la diáspora. La presión del gobierno de Giorgia Meloni y la saturación de los consulados en países como Argentina fueron determinantes para justificar el recorte. Aun así, no todo está perdido: todavía quedan dos caminos legales posibles para que los bisnietos puedan reclamar su ciudadanía.

1. Ciudadanía italiana por residencia en Italia (permesso di soggiorno)
Una de las vías que sigue vigente es la del permesso di soggiorno, una residencia legal que se solicita en Italia. Con este permiso en mano, el solicitante debe establecerse en una comuna italiana y residir allí por al menos dos años. Cumplido ese plazo, se puede iniciar el proceso de ciudadanía italiana directamente en territorio italiano, bajo un criterio de arraigo.
Este camino exige una inversión inicial (alquiler, seguros, traducciones y demás trámites), pero es legal, legítimo y efectivo. Muchos argentinos ya lo están eligiendo como alternativa ante los límites consulares que impone el nuevo decreto. Eso sí: no es un trámite exprés y requiere buena planificación.

2. Vía judicial: el juicio por derecho de sangre
La otra opción que les queda a los bisnietos es iniciar un juicio en Italia por vía judicial, más precisamente por derecho de sangre (ius sanguinis). En este caso, un abogado en Italia presenta el reclamo ante un tribunal, argumentando que el decreto no puede aplicarse retroactivamente a personas nacidas antes del 27 de marzo de 2025. Es decir, que quienes nacieron antes de esa fecha todavía estarían amparados por la normativa anterior.
Este recurso es cada vez más utilizado y también implica costos (honorarios legales, traducciones, documentación apostillada, etc.), pero tiene fundamentos sólidos y antecedentes favorables. Para muchos, representa la única forma de sostener el vínculo jurídico con sus raíces italianas, más allá de los cambios políticos del momento.

Un derecho en disputa que no se apaga
Aunque el decreto Tajani restringe el acceso a la ciudadanía italiana desde Argentina, las alternativas de residencia en Italia y de vía judicial aún mantienen viva la posibilidad. Ambas requieren decisión, asesoramiento legal y una dosis importante de paciencia, pero siguen siendo caminos válidos para quienes no quieren resignar su derecho a ser reconocidos como ciudadanos italianos.
En tiempos donde Europa parece cerrar puertas, muchos argentinos siguen encontrando caminos para no cortar la historia que los une con Italia. Porque, incluso con nuevas reglas, la ciudadanía italiana sigue siendo mucho más que un trámite: es una cuestión de identidad.