Es indiscutible que el alfajor ocupa un lugar predominante entre las comidas de nuestro país. Esta dulce tentación es un ícono nacional, un postre infalible y un producto que nos representa en el mundo. ¿Cuál es el mejor según la inteligencia artificial?
A lo largo de los años, distintas versiones y estilos han alimentado un debate constante sobre cuál es el mejor alfajor. El auge y la masivización de los alfajores artesanales ha llevado a que los industriales pierdan terreno, lo que los ha hecho reinventarse y ofrecer productos únicos para competir en el mercado. Nuevas marcas emergentes, propuestas con ingredientes premium y combinaciones poco tradicionales se sumaron al escenario, desafiando a los clásicos de siempre.
Sin embargo, más allá de modas o tendencias, cada persona tiene su propio ranking, que puede dividirse o no entre artesanales y comerciales, pero que, como sucede con cada preferencia o gusto, es totalmente a criterio de quien lo arme. Hay quienes priorizan la cantidad de dulce de leche, otros el tipo de cobertura, la esponjosidad de la masa o el equilibrio entre todos esos elementos. Y también está la variable sentimental: ese alfajor que te recuerda a una tarde de merienda con amigos, un recreo en la escuela o un viaje en la ruta. Porque, al final, el mejor alfajor no siempre es el más caro o el más premiado, sino el que te hace feliz cuando lo mordés.
En este contexto, y con el avance de las nuevas tecnologías, surge un interrogante curioso: ¿Cuál el mejor industrial de acuerdo al criterio de la Inteligencia Artificial, más precisamente de ChatGPT?
Cuál es el mejor alfajor comercial según la IA
3er puesto: Alfajor Guaymallén triple
La IA lo elige “porque es el alfajor del pueblo”. Y justifica: “el que está en todos los kioscos, el que te salva cuando no te alcanza para un Havanna pero querés un triple bien goloso. No es el más refinado ni el más marketinero, pero tiene esa mezcla justa de dulce de leche, baño de repostería (que se derrite en verano y te llena las manos) y galletita esponjosa que no se te hace pastosa”.
Además, aclara: “no hay argentino que no tenga una anécdota con un Guaymallén. Es casi un patrimonio cultural comestible”. Su versión triple, especialmente la de chocolate, es recordada por generaciones y sigue siendo uno de los productos más vendidos en los kioscos del país. Es barato, accesible y, aunque algunos lo subestimen, cumple siempre con esa cuota de dulzura necesaria para cualquier merienda improvisada o antojo de medianoche.
2do puesto: Alfajor Jorgito
Consultado acerca de por qué merece ese lugar, ChatGPT justifica que “el Jorgito es tradición”. Y explica: “es el alfajor que te compraba tu vieja después de la escuela, el que siempre estaba en el kiosco del barrio y que se mantuvo fiel a su receta sin volverse pretencioso”.
Es un clásico que se ganó el respeto popular no por su marketing ni por estrategias gourmet, sino por su sabor auténtico y su permanencia en el tiempo. ChatGPT destaca: “su baño de chocolate semi amargo equilibra perfecto con un dulce de leche abundante y no empalagoso, y la masa tiene ese punto justo entre firme y tierna. Además, tiene una relación precio-calidad que pocos pueden discutir. No defrauda nunca”. Su versión de maicena y su variante blanca también tienen sus fanáticos.
1er puesto: Alfajor Cachafaz de dulce de leche
La inteligencia artificial ubica a este alfajor como el número 1 y sostiene que “pertenece a las grandes ligas” y que incluso “superó al Havanna”. Considerado el favorito en catas y degustaciones, Cachafaz conquistó tanto al público masivo como a los paladares más exigentes.
“Su masa de tipo Marplatense es suave, fresca, y de calidad premium. El dulce de leche es espeso, generoso y artesanal. Y el baño de chocolate real (no cobertura de repostería) hace la diferencia desde el primer mordisco. Cada bocado es un homenaje al alfajor bien hecho, sin vueltas. Además, su versión de chocolate amargo es de otro planeta”, rescata la IA. No solo es elegido en Argentina, sino que también fue exportado a otros países donde los nostálgicos buscan ese sabor bien nuestro.
