La odisea alrededor de la prisión domiciliaria de Cristina Kirchner no tiene fin. A partir de la decisión de la Justicia, muchos políticos parecen tener un interés en la tranquilidad de los vecinos del barrio de Constitución que jamás habían mostrado. De hecho, un legislador de la Ciudad de Buenos Aires presentará un proyecto de ley para "ayudar" a quienes viven en las inmediaciones de San José 1111.
Facundo Del Gaiso, de la Coalición Cívica, presentará hoy en la Legislatura porteña un proyecto de ley que establece la suspensión hasta fin de año del Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL) a los vecinos de Cristina, como también la interrupción en el cobro de Ingresos Brutos a los locales comerciales.
Para acceder a los beneficios, los contribuyentes deberán estar al día con sus obligaciones tributarias “o haber incluido sus deudas con el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en los planes de facilidades de pago vigentes, cuyas cuotas también deben estar al día”, según indica el proyecto.
La iniciativa comprende a las viviendas y a los negocios que estén entre las calles Luis Sáenz Peña, Carlos Calvo, Santiago del Estero y San Juan; es decir, las cuatro manzanas del barrio que tienen como epicentro la esquina de San Juan y Humberto 1°, donde la militancia peronista se hace presente religiosamente desde hace casi 10 días para acompañar a la expresidenta, tras la confirmación de su condena.
Del Gaiso contó en Twitter sobre su iniciativa y afirmó que "los vecinos no son quienes tienen la prisión domiciliaria". “Esto es un paliativo ante el infierno que están viviendo los vecinos”, agregó en comunicación con Radio La Red. También dijo que existe un bar que está cerrado hace semanas por la presencia de la militancia, que se queda por horas en la calle para acompañar a Cristina Kirchner en su encarcelamiento y proscripción.
“Creo que esto debería normalizarse y la misma Cristina debería decirle a los que están ahí que dejen de acampar porque no pueden estar seis años acampando. No logran nada”, sumó el legislador de la CC. Si bien hay vecinos que se quejan de los olores, la suciedad y la marea de gente, también reconocen que ahora es más seguro, siendo un barrio que no se caracteriza por esa tranquilidad.