La desilusión del campo respecto a una nueva suba de retenciones en soja, maíz, sorgo y girasol, es evidente y aunque las entidades tradicionales del sector no salieron a poner el grito en el cielo - como otrora lo hacían -, la que sí salió a manifestarse manera contundente fue la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja).
En la previa de pasar a pagar nuevamente retenciones del 33% (hasta el 1° de julio la alícuota es del 26%), desde Acosja se "encamina hacia una nueva frustración", entendiendo que con este nivel de derechos de exportación se profundizará el estancamiento de la actividad.
"La vuelta atrás nos sigue quitando competitividad y especialmente al productor en este momento en que se realiza la planificación de la siembra de la futura campaña", dijeron desde la entidad.

Según indicó Acsoja, "todo el espectro de instituciones de las cadenas agropecuarias, han manifestado las críticas a este verdadero impuesto al precio arbitrario e injusto y en el caso de la soja discriminatorio respecto a otros cultivos".
Por ello, "nuestra producción está muy por debajo de su potencial ante la incapacidad de sucesivos gobiernos de lograr una solución inteligente con un profundo desconocimiento sobre los efectos y no entendiendo la reacción positiva que liberar estas variables traerían en una mayor producción, uso de tecnologías disponibles, volviendo a darnos competitividad en el mercado mundial de alimentos".
Retenciones y una situación de quebranto
Para Acsoja, este nivel de retenciones no es sostenible, hasta el punto que los números que se están esgrimiendo para la próxima campaña, dan cuenta de un "quebranto" en la actividad.

"Los números fríos de la campaña que estamos planificando muestran el quebranto que con esta desproporcionada carga fiscal tendrá la siembra de soja en vastas zonas del país", sostuvo el comunicado.
Es por eso que desde la entidad instan "a las autoridades a rever esta medida y entender que las diferentes alícuotas de las retenciones entre distintos cultivos genera un desincentivo artificial y absolutamente pernicioso para el país al discriminar la producción de aquellos productos que el mercado internacional demanda y generan mayores beneficios al productor y a la economía de todo el país".
"Es crítico eliminar los derechos de exportación a todos los productos agroindustriales para romper el estancamiento de nuestra economía y volver a ilusionarnos con un desarrollo sostenible en todo el territorio de nuestro país", concluyó el escrito.