La ciudad costera de Miramar y sus playas amanecieron teñidas de blanco tras una intensa nevada que comenzó a caer durante la tarde del domingo y que se intensificó durante la noche y en la madrugada del lunes. Ocurre por primera vez en 34 años, y no se decarta que Mar del Plata vea también caer nieve sobre sus playas.
Cabecera del partido de General Alvarado, y a 450 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, los habitantes de Miramar se encontraron con nieve por primera vez desde el 1° de agosto de 1991, nevada que fue histórica para la ciudad y se recuerda con fotos y testimonios de aquel momento.
Esta vez, los primeros copos comenzaron a caer durante la tarde del domingo, cuando se habían registrado nevadas en las cercanías de la ciudad, en localidades como San Eduardo del Mar, Nicanor Otamendi o el Marquesado. Pero este lunes los miramarenses se despertaron con una postal que se había producido por última vez hacía 34 años.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) había anticipado temperaturas mínimas entre 0 °C y 1 °C, con probabilidades de precipitaciones de entre un 10% y un 40%, y un pronóstico que anunciaba las “lluvias y nevadas” que se cumplieron. Si bien hacia la tarde del lunes la temperatura podría ascender hasta los 9 °C, el ambiente se mantendrá frío e inestable, con persistentes vientos del sudoeste.
De esta manera, los miramenses se despertaron con la típica postal de la costanera de Miramar, que en verano ofrece la imagen de turistas en ojotas y reposeras, totalmente cambiada: nieve acumulada en la calle y en las playas, y autos cubiertos de blanco. La ciudad balnearia fue parte de un fenómeno de frío polar que se repitió en todo el país y que provocó nevadas en otros lugares inusuales como Tucumán.
En Mar del Plata solo se detectaron unos muy poquitos puntos donde se percibió nieve. En particular en la zona sur, en sentido al límite con Miramar. Tanto en el frente de costa como en sectores más alejados, en inmediaciones de Batán. No se descarta que pueda caer algo de nieve más cerca del centro durante la jornada, aunque algunas gotas de agua empiezan a disipar esa posibilidad.