Nicolás Márquez, el biógrafo de Javier Milei, estuvo envuelto en una denuncia por pedofilia contra su hija, nacida en 2005, que lo llevó a los tribunales. La acusación, presentada en 2008 por la madre de la menor, identifica al escritor como el presunto responsable de un abuso cometido cuando la niña tenía tres años.
En una entrevista con Patricia Soprano, presentada como amiga cercana y según algunos rumores, pareja de Nicolás Márquez, el escritor habló de su vida personal mientras estaba en campaña apoyando a Milei. Durante la charla, evitó mencionar a su hija y la denuncia en su contra. Cuando Soprano le preguntó por qué, siendo un defensor de la familia, no había formado una, Márquez respondió con evasivas, mencionando haber puesto su “líbido” en su carrera política, un término que sorprendió por su connotación sexual en un contexto familiar.
La denuncia penal se originó el 8 de septiembre de 2008, cuando la madre de la menor, identificada como L., acudió a la Comisaría de la Mujer en Mar del Plata. Según su relato, tras recoger a su hija de la casa de la abuela paterna, donde pasó la noche con Nicolás Márquez, la niña, de tres años y medio, presentó fiebre sin causa aparente y dijo: “Papá me tocó la pochola”. La pequeña describió y mostró los actos, lo que llevó a la madre a confrontar a Márquez, quien negó todo y sugirió que la niña imitaba a su madre.
El caso tomó forma con testimonios de profesionales. Un pediatra que atendía a la menor notó cambios en su comportamiento, como dibujos oscuros, miedo a la oscuridad y actitudes agresivas tras las visitas al padre. La psicóloga infantil, Florencia C., consideró creíble el relato de la niña, quien describió actos de abuso con claridad. Además, una empleada doméstica de la casa de L. confirmó que la menor replicaba comportamientos inapropiados, como “lenguetazos” o tocamientos, diciendo que “eso hago con mi papá”.

La causa penal, iniciada en 2008, tuvo un recorrido errático. La fiscal Andrea Gómez archivó el caso en 2009 sin investigar a fondo, omitiendo tomar declaración a Nicolás Márquez y a testigos clave. Aunque otro fiscal reabrió la investigación, las trabas continuaron. En 2014, tras varios intentos de sobreseimiento por parte de la defensa del escritor, la jueza Rosa Frende rechazó esa solicitud, pero finalmente, en 2022, la Corte Suprema desestimó el caso, cerrándolo sin condena. La falta de avances y la aparente connivencia de sectores judiciales marplatenses, algunos ligados al Opus Dei como el propio biógrafo de Milei, han sido señaladas como obstáculos.
El historial de violencia de Nicolás Márquez también salió a la luz. Vecinos de su infancia en Mar del Plata relataron episodios de agresiones contra su madre y su padre, un hombre con discapacidades y adicciones. Además, L. denunció que, durante su embarazo, la presionó para abortar, llegando a agredirla físicamente y a llevarla a una clínica clandestina, según consta en la causa. Estas acusaciones pintan un retrato de un hombre con un temperamento violento, contrastante con su imagen pública.
La menor, que hoy está cerca de cumplir la mayoría de edad, podría iniciar un “Juicio por la Verdad” para buscar justicia. Los informes psicológicos y los testimonios recopilados durante el proceso muestran el impacto de los hechos en su vida, incluyendo el rechazo a vincularse con su padre. La psicóloga que la atendió señaló que Nicolás Márquez no logró establecer un vínculo parental, mostrando conductas inapropiadas que afectaron emocionalmente a la niña.