En el Lake District, una zona rural en el noroeste de Inglaterra conocida por su parque nacional, sus lagos y montañas, el Servicio de Ambulancias Aéreas del Gran Norte lleva adelante un programa desde 2020 que usa jetpacks para movilizar paramédicos ante una emergencia.
Así como lees. Tenés una emergencia, llamás a emergencias, y cae un médico del aire, propulsado por un dispositivo que tiene una mochila con combustible que alimenta turbinas, que el piloto lleva en la espalda y en cada una de sus manos. Estos jetpacks, desarrollados por Gravity Industries, tienen además, en este caso, el equipamiento necesario para que el profesional realice su tarea.
Los médicos vuelan con unas mochilas con turbinas, que el piloto lleva en la espalda y en cada una de sus manos. Un trayecto de más de una hora a pie en zona montañosa se logra en apenas tres minutos.
Estas turbinas le proporcionan una potencia de 1050 caballos de fuerza. Según la altura y distancia del vuelo, la autonomía de uso es muy limitada, de entre 5 a 10 minutos, y el jetpack se puede utilizar solo en condiciones estables de tiempo, ya que no puede operar bajo lluvia o con nieve. No requiere de una licencia especial para desplazarse en el espacio aéreo, aunque el operador se desplaza en una velocidad reducida y cerca del suelo para evitar cualquier riesgo adicional.
En una prueba realizada hace dos años, llegar desde la ambulancia a un rescate le permitió al paramédico volador recorrer en 90 segundos un trayecto que, a pie (ya que no hay caminos para vehículos) le hubiera tomado 25 minutos. En una experiencia más reciente, el paramédico llegó a la cima de la montaña Helveylln en tres minutos y medio, cuando el tiempo que toma escalar esa montaña es de 70 minutos, y en una situación de poca visibilidad que impedía el uso de un helicóptero de rescate.
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