Aunque la pasión por Taylor Swift trasciende fronteras y moviliza a sus fanáticas de todo el mundo, las condiciones objetivas hacen que las swifties argentinas sean más intensas que en otras latitudes.
Así lo demostró el grupo de fanáticas de la cantante estadounidense que organizó un inédito campamento, a cinco meses del concierto, para asegurarse estar lo más cerca posible de su ídola. Así también lo hicieron las miles que ya agotaron tres fechas del Eras Tour en el estadio Monumental.
Pero las condiciones se complicaron cuando se supo que en su gira sudamericana, aparte de Brasil, la artista solo haría fechas en Argentina. Desde Chile, donde el colectivo es grande y organizado también, la idea de viajar y aprovechar el tipo de cambio favorable para venir al concierto se hizo furor. Lo propio sucedió en Uruguay.
Otros inesperados perjudicados de la situación fueron los artistas de Banda de Héroes, un grupo tributo a David Bowie que hoy se presenta en el teatro Roxy con entradas agotadas, pero con alta expectativa de deserción. Desde Chile, las swifties agotaron las entradas para este concierto que era el más barato de la cartelera en la plataforma All Access, para probar si servía la tarjeta de crédito antes de comprar la entrada para Taylor Swift.
Al ver todo este quilombo, las swifties descubrieron los fundamentos del proteccionismo y decidieron tomar al toro por las astas. Descubrieron que debían organizarse si querían lograr que su lugar no lo ocuparan otras.
A través de sus redes sociales concertaron la estrategia y actuaron de modo coordinado: se metieron masivamente a las páginas de vuelos de Chile para cotizar pasajes hacia Buenos Aires. La idea fue engañar al algoritmo que regula los precios y hacerle creer que estaba aumentando la demanda. De esta forma, hicieron que subieran los precios y que las swifties chilenas la tuvieran mucho más difícil para venir al concierto.
La medida fue celebrada como una “jugada maestra” en las redes sociales que aún no consideran lo que podrían ser sus efectos colaterales: una demanda artificial disminuirá los viajes y con ello, el turismo en general, que es una de las fuentes de divisas con que cuenta el mercado argentino mantener los precios generales a flote.
Pero esa es harina de otro costal que poco le importa a las organizadas swifties.
