Cada vez son más los hinchas de Boca que llegan a Río de Janeiro para seguir en vivo la final de la Copa Libertadores entre el Xeneize y el Fluminense. Aunque son más de 20 mil fanáticos argentinos que cruzaron la frontera con entrada para presenciar el encuentro en el Maracaná, la gran mayoría de simpatizantes lo hizo sin ticket.
Sin embargo, estos hinchas xeneizes se reunirán en la ciudad carioca para ver el partido en pantalla gigante. El miércoles a la noche partieron desde la Bombonera más de 6 mil hinchas en 85 micros con destino a Río de Janeiro. El trayecto de 2.600 kilómetros por las rutas argentinas y brasileñas tardará alrededor de 50 horas.
Alejandro Fernández es uno de los choferes de la caravana Xeneize. Sobre el viaje señaló: “Al ser un viaje largo, estamos obligados a hacer varias paradas y cambiar de conductor varias veces. Dependiendo del tiempo que tardemos en cruzar la frontera podemos llegar el viernes a la noche o el sábado a la mañana”.
Mientras tanto, las autoridades de Río de Janeiro tomaron ciertas medidas para contener a los hinchas de Boca. Esto se debe a que colmaron las playas y calles de la ciudad. En ese sentido, el Ayuntamiento anunció un esquema especial para la recepción del público. El mismo consistirá en el refuerzo de efectivos policiales y privados en cada uno de los kioscos montados a lo largo de la playa de Copacabana.
Uno de los socios de los kioscos playeros y presidente del Consulado de Boca Juniors en Río de Janeiro, llamado Brian Muhs, indicó: “Controlaremos la entrada con una valla y seis agentes de una empresa privada reforzarán la seguridad”.
“La mayor preocupación es con el viernes que con el propio sábado. Esto se debe a que habrá esta reunión en la playa y ponen el kiosko como punto de referencia. Al menos otros tres establecimientos del paseo marítimo se preparan para recibir a los argentinos. Estará lleno”, añadió el argentino.
Finalmente, Muhs concluyó: “Esta semana recibí muchas denuncias de violencia cometida por miembros de la hinchada del Fluminense. Dijeron que buscaban hinchas de Boca y que los amenazaron. Además, un grupo de 15 argentinos fueron asaltados. A una mujer le robaron su camiseta oficial. Todo esto tuvo repercusión en la prensa argentina. El ayuntamiento de Río estuvo más atento, la policía aumentó y todo está más tranquilo”.
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