Después de muchos idas y vueltas, lluvias y suspensiones, No Te Va Gustar pudo, por fin, celebrar sus 30 años. La cuarta fue la vencida, la banda rioplatense empezó su ansiada gira en un Vélez colmado y transformó un miércoles a la noche en una histórica jornada de rock.
De traje, como todo el grupo, Emiliano Brancciari prometió de entrada el show “más largo posible”. Y claro, resumir tres décadas en un recital no es nada fácil. Pero no defraudó a su público. El grupo tocó casi 40 canciones en tres horas y media, de forma ininterrumpida, haciendo un repaso de gran parte de su repertorio, vibrando con la gente que acompañó de una manera increíble.
“Han pasado un montón de cosas que en algún momento explicaremos, que nos excedieron y que nunca pensamos que podrían ser de la manera que fueron. Pero por suerte acá estamos y queremos agradecerles el amor, el cariño y el respeto", les retribuyó el líder de NTVG a sus fanáticos.
El show fue un viaje en el tiempo por los 11 discos de No Te Va Gustar, con grandes hits como A las Nueve, Ángel con Campera, Comodín, Clara, Al Vacío, Chau y Tan Lejos, entre otros.
En la mitad del recital, cuando parecía que nada podía mejorar la exhibición de la banda, llegó el primer invitado. Nahuel Pennisi se subió al escenario y, después de ser ovacionado por la gente, interpretó De Nada Sirve junto a Emiliano, en uno de los momentos más emotivos de la noche.
Las referencias políticas no faltaron en la cancha de Vélez y gran parte del público cantó contra el Gobierno, sobre todo, después de que el conjunto interprete El Oficial, Rata y Los villanos.
Entrado el último tercio del recital y después de una montaña rusa de emociones, apareció el último invitado de la noche de Liniers. Sí, Pato Sardelli llegó para levantar a la gente, participando de Ese Maldito Momento. El líder de Airbag cantó una buena parte del tema, la rompió con su característica Gibson Les Paul y hasta tocó con los dientes.
Sobre el final de este primer festejo del cumpleaños 30 de No Te Va Gustar, el regalo fue para el público. La banda tocó un popurrí de varios temas que no habían entrado en el setlist y se lució: sorprendió con Sin Pena ni Gloria, canción que no suele interpretar y hasta homenajeó a Los Redondos con un fragmento de Todo un Palo.
Para terminar y como un broche de oro, el Amalfitani explotó con No Era Cierto, con un nuevo agradecimiento de Emiliano. “Lo hemos dicho mil veces y lo seguiremos diciendo. Buenos Aires, esta es nuestra casa”.
