Entre el 20 y el 28 de septiembre se lleva a cabo el prestigioso Festival de San Sebastián, que en esta edición le dedicó un momento especial a la industria del cine argentino por el gran desfinanciamiento que recibió desde que asumió la gestión de Milei.
José Luis Rebordinos, director del Festival de San Sebastián, convocó a un multitudinario acto oficial en las escalinatas del Kursaal, la sala mayor del festival, donde él mismo leyó un documento en solidaridad con la industria del cine nacional.
"La Dirección del Festival de San Sebastián quiere mostrar su solidaridad con la industria cinematográfica argentina ante la situación excepcional que vive con la paralización de muchos de sus proyectos, el vaciado de contenido del INCAA, y con las medidas que este gobierno está tomando que ponen en peligro el desarrollo, no solo de su cinematografía, sino también de otras manifestaciones de su cultura", comenzó diciendo el director.
El acto se llevó a cabo con la participación de actores, directores y productores, que desplegaron una bandera argentina de grandes dimensiones para acompañar la visibilidad de lo dicho por el director. Dentro de las películas argentinas que participan hay 16 largometrajes presentados, entre los que está Traslados, el documental de Nicolás Gil Lavedra sobre los vuelos de la muerte durante la última dictadura.
"Durante años hemos colaborado con un INCAA que ha tenido diferentes colores políticos perteneciendo a gobiernos conservadores y liberales o a otros de tipo peronista. Con todos ellos, y con sus características propias que a la ciudadanía argentina corresponde definir, la industria argentina ha conseguido desarrollarse con normalidad y ser una de los más importantes de América Latina", continuó.
Además, el texto hizo una crítica mención hace el final: "Hoy el Festival de San Sebastián, como manifestación cultural que es, no puede permanecer al margen del desmantelamiento de una cinematografía nacional por parte de un gobierno que, además, justifica a una dictadura militar que asesinó a miles de ciudadanos. ¡Aguante el cine argentino!", cerró.
A las palabras de Rebordinos se sumó lo dicho por las directoras argentinas María Alché (Puan) y Lola Airas (Reas, que se está presentando en esta edición) y la actriz Maricel Álvarez, que reclamaron por el desfinanciamiento de la industria y puntualizaron: "Actualmente nos enfrentamos a una parálisis absoluta que ha herido de muerte al cine argentino".
Para cerrar, agregaron que "al igual que la ciencia, la universidad pública y los jubilados, el cine es una moneda de cambio más en una guerra cultural que a nadie beneficia y que no aporta nada a la nación. Más bien parece una cortina de humo para distraer a la sociedad en una economía donde día a día se hace más difícil acceder a las cosas más elementales, generando hambre, ignorancia y odio".
