Un grupo internacional liderado por científicos argentinos pudo completar el Atlas Global de Brechas de Rendimiento para maíz, trigo y arroz, los principales cereales que se cultivan y consumen en el mundo.
El trabajo requirió el uso de distintas herramientas de inteligencia artificial (IA) y se consiguió realizar predicciones precisas y mapas de alta resolución para las zonas del mundo de las que no había información, a partir de los datos que sí estaban disponibles.
Estos mapas ayudarán a guiar las inversiones para mejorar la producción a sitios con mayor respuesta y, así, aumentar la disponibilidad de alimentos.
"Completamos los espacios vacíos del Atlas que comenzó a armarse hace 12 años, expandiendo sus resultados a muchas áreas agrícolas que, por diversas cuestiones, no iban a ser fáciles de incluir", celebró en diálogo con la Agencia CyTA-Leloir el autor principal del trabajo, el ingeniero agrónomo Fernando Aramburu-Merlos, investigador del Instituto de Innovación para la Producción Agropecuaria y el Desarrollo Sostenible (IPADS), que depende del INTA y del Conicet y tiene su sede en Balcarce, Provincia de Buenos Aires.

Cereales y sus resultados
De acuerdo a la información provista por la Agencia CyTA-Leloir, la metodología y los resultados fueron publicados en la revista Nature Food y el proyecto forma parte del posdoctorado de Aramburu-Merlos en el Departamento de Agronomía y Horticultura de la Universidad de Nebraska-Lincoln, Estados Unidos, bajo la dirección del investigador argentino Patricio Grassini, ingeniero agrónomo y doctor en Agronomía.
"Es muy emocionante. Ahora podemos estimar el potencial de rendimiento de cada terreno de cultivo en todo el mundo. Los resultados ofrecen una oportunidad fantástica para que los agricultores puedan tomar como punto de referencia su productividad actual y para orientar la intensificación sostenible de los sistemas agrícolas a nivel mundial", aseguró Grassini, creador del Atlas Global de Brechas de Rendimiento junto a colegas de la Universidad de Wageningen, en Wageningen, Países Bajos.
El potencial de rendimiento para un lugar hace referencia al máximo rendimiento que se puede alcanzar si, tomando en cuenta las condiciones climáticas y del suelo de esa zona, se hace todo bien y no hay ningún factor que afecte la producción (en términos de situaciones que puede manejar el productor como la falta de fertilizantes o la prevención de plagas).
"Saberlo es importante porque permite establecer la brecha entre lo que se obtiene y lo que se podría obtener con las mejores prácticas. Es un indicador de cuán bien se están haciendo las cosas y cuánto más se puede mejorar si se implementan ciertos cambios en el futuro", explicó Aramburu-Merlos.