La Justicia salteña dictaminó el beneficio de prisión domiciliaria para Héctor Romero, el camionero de 71 años investigado por la desaparición de María Cash, que había sido detenido la semana pasada y trasladado por Gendarmería a la sede de la Policía Federal.
El hombre alegó un mal estado de salud y el juzgado constató que presenta un cuadro médico delicado, por lo que le permitió trasladarse hasta su domicilio.
Inicialmente considerado un testigo clave, su rol en el caso cambió con el surgimiento de nuevas pruebas que lo vincularían con el crimen de la joven diseñadora desaparecida en julio de 2011.
La fiscalía lo acusa de “homicidio calificado por alevosía”, basándose en contradicciones en sus testimonios, análisis de comunicaciones y otras pruebas materiales.
La decisión de la jueza Mariela Giménez se produjo luego de una audiencia en la que el abogado defensor, Dr. Fernando Díaz, solicitó la prisión domiciliaria citando la avanzada edad de Romero y sus complicaciones de salud.
El letrado aseguró que su cliente es inocente y anunció que pedirá una medida sustitutiva en los próximos días, resaltando supuestas inconsistencias en las versiones que lo involucran.
Romero cambió su relato en varias ocasiones. En un principio, afirmó que dejó a María Cash en Palomitas, luego cerca de la Difunta Correa y finalmente, años después, insistió en que fue en este último lugar. Según la defensa, los cambios se deben a “malentendidos”, pero para la fiscalía, estas inconsistencias son claves para sustentar la imputación.
El caso tomó un giro importante en los últimos meses tras la reactivación de la investigación. Entre los nuevos elementos, un informe de perfil psicológico elaborado por la psicóloga Natalia Colombo, del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), señala a Romero como figura clave. Según fuentes judiciales, el informe es “contundente” y sostiene que Romero se habría aprovechado del estado de vulnerabilidad de María Cash, reforzando la acusación de homicidio calificado.
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