River, Vélez y Estudiantes están a la espera de que el empresario estadounidense Foster Gillett cumpla sus promesas, ya que se llevó algunos jugadores de sus clubes o prometió la llegada de otros, pero todavía no los pagó. Mientras la incertidumbre crece, los clubes empiezan a perder la paciencia y analizan qué hacer con los futbolistas.
Foster Gillett y tres pases en el limbo
Lo de Foster Gillett ya empieza a oler feo y se cree que puede ser una estafa. Rodrigo Villagra, Valentín Gómez y Hernán López Muñoz fueron transferidos, pero la plata nunca apareció.
En el caso de Villagra, el Millonario acordó vender al mediocampista por 11 millones de dólares, pero no recibió el pago. La dirigencia ya le puso un ultimátum: si la plata no llega el fin de semana, el jugador volverá a entrenarse con el equipo de Marcelo Gallardo. Mientras tanto, el volante está entrenándose en una plaza con un preparador físico.
Valentín Gómez, por su parte, debía ser transferido a Udinese por 8,5 millones de dólares, pero el pago sigue tampoco llegó a las arcas del Fortín. El caso es similar al de Villagra, debido a que el jugador entrena en Italia por su cuenta, esperando que la situación se resuelva y está averiguando si puede volver a Vélez.
Hernán López Muñoz también quedó en el limbo. Es que Foster Gillett había cerrado su llegada a Estudiantes, club con el que el empresario hizo un acuerdo. En este sentido, San José Earthquakes de Estados Unidos tampoco vio la plata del pase del sobrino nieto de Diego Maradona, por lo que la operación está en veremos.

La desconfianza crece y los clubes exigen respuestas
A esta altura, la paciencia de River, Vélez y Estudiantes está al límite. Si bien en La Plata todavía le ponen una ficha más, porque gracias a Foster Gillett llegaron Cristian Medina y Facundo Farías, el clima empieza a estar más que turbio.

Para colmo, el estadounidense tiene un antecendente más que negativo con un gigante mundial, el Liverpool. Es que en 2007 compró al club inglés junto a su padre y su socio por 500 millones de libras esterlinas y estuvieron a cargo hasta 2010. Sin embargo, varios medios británicos como la BBC catalogaron la gestión como un fracaso y "una pesadilla para los hinchas" debido a que dejaron el club endeudado y con promesas incumplidas en el panorama deportivo e institucional.