El papa León XIV habló por primera vez sobre la Argentina en su tercera aparición pública tras haber sucedido a Francisco como jefe de la Iglesia. El saludo del flamante papa Robert Prevost llegó luego de haber dado una audiencia para más de 6000 periodistas que viajaron a Roma para cubrir su elección.
“Un saludo grande para la Argentina", dijo el jefe de la Iglesia Católica en diálogo con el periodista Nelson Castro, cuando se retiraba de la audiencia en la que pidió que se libere a los periodistas encarcelados y defendió el “precioso don de la libertad de expresión y de prensa”.
“La Iglesia reconoce en estos testigos, pienso en aquellos que informan sobre la guerra, incluso a costa de sus vidas, el coraje de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de las personas a estar informadas, porque sólo las personas informadas pueden tomar decisiones libres”, afirmó León XIV.
En ese sentido, agregó: “El sufrimiento de estos periodistas encarcelados desafía la conciencia de las naciones y la comunidad internacional, llamándonos a todos a salvaguardar el precioso don de la libertad de expresión y de prensa”.
“La paz comienza con cada uno de nosotros: en la forma en que miramos a los demás, escuchamos a los demás y hablamos de los demás. La forma en que nos comunicamos es de importancia fundamental: debemos decir ‘no’ a la guerra de palabras e imágenes, debemos rechazar el paradigma de la guerra”, señaló.
En ese contexto, León XIV confirmó que "está preparándose" el viaje que Francisco tenía previsto a Nicea, Turquía, para fines de mayo, donde celebrará el 1700 aniversario del concilio cristiano. También descartó visitar Estados Unidos en los próximos meses: "No será pronto un posible regreso al país". ¿Hará el viaje a Argentina que le quedó pendiente a Francisco?
Se trató de la tercera aparición pública de León XIV, dado que este domingo encabezó la misa de la Regina Coeli, una de las plegarias más simbólicas del calendario litúrgico. Tras el cierre de su audiencia, similar a la que hizo Bergoglio en 2013, saludó a algunos periodistas que estaban en las primeras filas y firmó autógrafos. Fue entonces cuando pudo saludar a la Argentina.