Los feriados son la excusa ideal para una escapada cerca de Buenos Aires, para cargar energías, compartir con la familia y redescubrir los rincones de la provincia. ¿Cuál es el pueblo a 300 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires que ofrece un escenario relajante para desconectarse de todo?
Este mes, gracias al traslado del feriado del paso a la inmortalidad de Martín Miguel de Güemes, decretado recientemente, los argentinos contarán con dos fines de semana extra. Tal como informó el Gobierno, son seis días para viajar sin alejarse demasiado de casa, planear una escapada y volver con la pila recargada.
En un radio de menos de 300 km desde la Capital, este pueblo pueblos ideales para una escapada familiar con encanto: paisajes de ensueño, gastronomía regional para chuparse los dedos y propuestas al aire libre para grandes y chicos. No se trata de destinos rebuscados, sino de esos lugares sin turismo de masas, para descubrir las maravillas del turismo local sin moverte un fin de semana largo.
La Niña: lagunas, huertas y escapada rural
A 37 kilómetros de 9 de Julio, la localidad cabecera, La Niña se presenta como una auténtica joya escondida de 500 habitantes. Lejos de los estereotipos turísticos, este rincón rural ofrece a los visitantes la experiencia nostálgica y diversas actividades para los visitantes, enmarcadas en el turismo rural.
La Niña es una típica localidad que supo crecer gracias al tren a principios de siglo XX. Hoy seduce a quienes buscan una escapada tranquila, en contacto con la naturaleza y alejada del bullicio citadino.
La historia de La Niña está marcada por desafíos: fundada en 1911 por la llegada del ferrocarril, atravesó el cierre del mismo en 1961, que generó un éxodo de la ciudad (alrededor de la mitad de los 2.000 habitantes que había en esa época). A pesar de ello y de las inundaciones en 1973, 1986, 1987, 2001 y 2005, demostró una notable creatividad para reinventarse.
¿Qué hacer en La Niña?
La iniciativa de turismo comunitario lanzada en 2001, invitó a los habitantes a abrir sus casas y hoy, el pueblo ofrece hospitalidad auténtica rural. La producción agropecuaria y tambera también son su principal riqueza. Visitar la capilla, el antiguo almacén de ramos generales, la estación de tren o ir a pescar a la laguna La Yesca, un espejo de agua ícono del poblado, son otros atractivos que La Niña ofrece.
La Asociación “La Niña Pueblo Rural” propone actividades acuáticas, como kayak y remo, en lagunas que bordean el pueblo. Además, varias estancias abren sus puertas para hospedaje rural, con opciones que combinan cabalgatas, huertas y granjas educativas: una experiencia enriquecedora para una escapada con niños que pueden aprender cómo se vive y trabaja en el campo.
La gastronomía es otro de los atractivos de La Niña. Pequeños restaurantes familiares y pulperías ofrecen platos criollos tradicionales que maridan muy bien con un entorno pintoresco y relajado. Podés empezar el domingo con un revuelto de asado casero y terminar con una picada frente al atardecer.
¿Cómo llegar a La Niña?
La Niña se encuentra a poco más de 300 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en el corazón de la provincia, dentro del partido de 9 de Julio. Llegar hasta allí en auto es sencillo y se convierte en parte de la escapada: un viaje de aproximadamente tres horas y media, con tramos de ruta asfaltada, campos abiertos y caminos rurales de tierra que suman al espíritu aventurero de este tipo de salidas.
El trayecto hacia esta relajante escapada comienza por el Acceso Oeste desde Capital Federal, una de las autopistas más utilizadas para salir hacia la zona oeste bonaerense. Luego se continúa por la Ruta Nacional 5, que atraviesa ciudades como Luján, Mercedes, Suipacha, Chivilcoy y 9 de Julio. Son poco más de 260 kilómetros por ruta totalmente asfaltada y señalizada, con estaciones de servicio, paradores y opciones para hacer una parada técnica.
Una vez en 9 de Julio, se debe tomar la Ruta Provincial 65 en dirección norte. Este tramo de 13 kilómetros conecta con el acceso a La Niña, señalizado a través de un desvío hacia un camino rural de tierra de 26 kilómetros. Este último tramo no está asfaltado, pero es transitable en vehículos particulares, incluso después de lluvias leves, aunque se recomienda siempre consultar el estado del camino en la estación de servicio local antes de salir, ya que los días de mucha agua pueden complicar el acceso.
Para los viajeros más prudentes o quienes quieran aprovechar al máximo su escapada sin sobresaltos, se sugiere cargar combustible en 9 de Julio y adquirir provisiones en los comercios locales, ya que en La Niña no hay estaciones de servicio y el abastecimiento de productos depende de la llegada desde los pueblos vecinos.
A lo largo del trayecto rural que conecta la RP 65 con La Niña, el paisaje cambia: se suceden campos sembrados de maíz y soja, molinos de viento, arboledas centenarias y estancias de perfil bajo. Es una postal clásica de la pampa húmeda bonaerense, ideal para los amantes de la fotografía de paisajes y atardeceres infinitos.
Además, para quienes prefieren organizar una escapada sin manejar largas distancias, existe la opción de llegar hasta 9 de Julio en micro, ya que la terminal local recibe varias frecuencias diarias desde Retiro y Liniers. Desde allí, es posible coordinar con algún servicio de remís o taxi rural que realice el tramo hasta La Niña, aunque se debe solicitar con anticipación, dado que no hay transporte público regular hasta la localidad.
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