A los 90 años, el ícono de los derechos humanos inaugura su primera muestra de arte. La amistad con Lula y su trágica experiencia en Irak. Sus peleas con la vicepresidenta. Y su esperanza en el movimiento de las mujeres.
El principal interrogante, a un año y medio del final del mandato, es si en este samba de internas y falta de conducción económica -la calle dixit- “se puede ir todo a la mierda”.