Coqueteando con la melancolía y las carcajadas, el especial de regreso de la serie mantiene a salvo la leyenda y sale airoso del trance más difícil: competir contra sí mismo.
La experiencia de ver a estos gigantes marinos en libertad, en uno de los escenarios más bellos del sur argentino, es algo que queda grabado para siempre. Puerto Madryn ya está listo. Las ballenas, también.