Juan Grabois, el referente de la CTEP sostuvo que el Plan Alimentar no ayuda a combatir la “malnutrición infantil” severa y que “consolidarla como política emblema del gobierno es un error económico, social y cultural”.
“La Tarjeta Alimentar es una decisión un tanto improvisada que definió un conjunto funcionarios encerrados en una oficina”, expresó el líder social e insistió en que la medida “está guiada por sentimientos nobles, pero carga un enorme desconocimiento de la realidad” y una “adicción inocultable a los focus groups”. En ese sentido, señaló: “Vemos con tristeza cómo nuestro gobierno comete errores permanentes por una incomprensible ceguera”.
“Nadie puede estar en contra de los anuncios sociales del viernes. Teniendo en cuenta la situación dramática que vive nuestro pueblo, con niveles de pobreza y desigualdad catastróficos, que más familias tengan una tarjeta para comprar alimentos es algo”, expresó el dirigente social en un escrito al que tituló “La tarjeta Alimentar no es justicia social”.
Grabois calificó la medida como "estúpida" y sostuvo que solo se trata de “un consuelo ante tanta malaria”. "No consagra derechos permanentes, no crea puestos de trabajo, no genera bienes sociales durables y no promueve el desarrollo humano integral” añadió y señaló: “Es un ejemplo de asistencialismo puro”.
"No consagra derechos permanentes, no crea puestos de trabajo, no genera bienes sociales durables y no promueve el desarrollo humano integral”, sostuvo Grabois
“Finalmente, el gabinete económico definió romper el chanchito que parecía reservado exclusivamente para Kristalina Georgieva (por la directora del FMI), mientras en la Argentina crece la pobreza y la desigualdad”, valoró el referente de la CTEP.
De acuerdo al criterio de Grabois, esta medida “promueve el consumo de alimentos industrializados” y “por su diseño activa todos los mecanismos de concentración económica”. “El dinero va derechito a manos de empresas monopólicas y actores financieros que antes de que se cuente tres van con los pesos del Estado a comprar dólares”, manifestó.
Grabois remarcó que la Tarjeta Alimentar “no es una política alimentaria” y que “no funciona para combatir las situaciones más graves de malnutrición infantil”, ni alcanza “a los grupos más vulnerados como los pueblos originarios, las comunidades campesinas y las personas en situación de calle”.
Grabois postuló que la única salida contra el hambre, la pobreza y la indigencia “es el trabajo remunerado y con derechos laborales”. Para lograrlo, el Gobierno debería, de acuerdo a su opinión, “reconocer el trabajo” de los casi cinco millones de argentinos que trabajan en la economía popular y “crear otros cinco millones puestos de trabajo que se requieren en actividades socialmente organizadas”.
