Con 32 años, Martín Litvak dirige la oficina de cultivo de la universidad pública Bar-Ilan, de la ciudad de Ramat Gan en Israel, desde donde promueve y estudia los beneficios de la marihuana. Fuma desde los 17 años y en Argentina debió enfrentar la persistente estigmatización que se hace a esta planta y su consumo.
"Me decían que porque consumía marihuana era una caso perdido, que no tenía futuro o cosas por el estilo. Y eso no es así. Conozco a muchísima gente que fuma y que es muy exitosa en lo que hace. De hecho, creo que conozco a menos no consumidores que consumidores", dijo.
En conversación con Ernesto Tenembaum en Radio Con Vos, el autodidacta argentino aclara que nunca consumió ninguna otra droga que no sea la cannabis. "La puerta a las drogas es el narco, no el cannabis. Por eso es importante que lo podamos plantar por nosotros mismos", cuenta. Y recuerda el acceso a sus primeras semillas, que las sacó de un "ladrillo" de marihuana prensada que compró ilegalmente, precisamente, para no volver a acudir a un dealer.
La puerta a las drogas es el narco, no el cannabis. Por eso es importante que lo podamos plantar por nosotros mismos"
Desde entonces, Litvak promueve abiertamente el uso del cannabis y lo ha probado con varios enfermos, que al notar los beneficios han cambiado su mirada hacia la planta y el mundo. "Cuando vi que podía ayudar, esto se transformó en una vocación para mí. Desde entonces no he parado de formarme de manera un tanto obsesiva, pero a mi propio ritmo. El objetivo es ser parte de una revolución que cambia la vida de tanta gente".
El cultivador, además, aseguró que "la economía mundial está creciendo en torno a la marihuana, con cada vez más oferta de productos y apertura comercial. Por sus características territoriales y productivas, Argentina puede generar una industria muy importante y generar un impacto significativo en su economía".
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