Las casa-ataúd en las que más de 200.000 personas viven por 225 dólares al mes, muestran la triste realidad que existe en Hong Kong. El fotógrafo Benny Lam documentó en su serie Trapped las terribles condiciones en las que familias enteras viven en China.
El nombre no es azaroso, realmente en las viviendas hay apenas espacio para dormir. Hong Kong atraviesa una crisis económica que se suma a la sobrepoblación que existe en ese territorio. Es el suelo residencial más caro del mundo y por eso muchos de sus habitantes están viviendo en estos espacios pequeños hacinados.
La ONU ha llamado a estos departamentos como "un insulto a la dignidad humana", pero estas viviendas son demandadas por los pobladores por se la alternativa que pueden pagar.
Las viviendas-ataúd tienen de 4 a 6 metros cuadrados y es imposible ponerse de pie dentro de ellas y no hay ventanas. Muchos viven solo con un colchón simple que se une con un estante pegado a la pared donde guardan las pocas pertenencias que entran.
Algunas, las que cuentan con un poco más de metros cuadrados, tienen una manguera como ducha, el baño, la cocina y el lavadero está en un solo cuarto: allí se lavan los platos y las manos. En las más pequeñas no hay cocina ni área de lavado y el baño es un pequeño hueco al final de la habitación, sin puerta.
Unas 20 casas de este tipo son construidas ilegalmente por los propietarios en un piso de 60 metros cuadrados por un valor mensual de unos 225 dólares cada espacio. La ONG Sociedad para la Organización Comunitaria (SOCO), trabaja para revertir esta indignante realidad.
Por su parte, la ONU ha llamado a estos departamentos como "un insulto a la dignidad humana", pero estas viviendas son altamente demandadas por los pobladores por ser la alternativa que pueden pagar. Así que se están construyendo más espacios como estos y subdividiendo pisos enteros para poder pagar el alquiler.
La serie Trapped de Benny Lam que busca concientizar al mundo sobre esta situación fue preseleccionada para el Prix Pictet 2017.
