El 8 de diciembre, Kristina “Kika” Dukic de 21 años, fue encontrada muerta en su casa de Belgrado, la capital serbia, tras sufrir años de ciberbullying.
El suicidio de la joven, que tenía más de un millón de seguidores en Instagram, YouTube y Twitch, fue confirmado por su madre Natasa Dukic en una historia de Instagram en la que reveló el mal momento que atravesaba Kika. Su familia confirmó que la influencer sufría una campaña de ciberbullying, con trolls que le enviaban mensajes de odio en sus páginas de redes sociales.
Por su parte, Dukic llevaba meses contando en sus publicaciones que le dejaban cientos de mensajes de odio y que criticaban cruelmente su aspecto físico. La acusaban de someterse a cirugías estéticas e, incluso, recibía ataques de otros famosos serbios.
Su familia confirmó que la influencer sufría una campaña de ciberbullying, con trolls que le enviaban mensajes de odio en sus páginas de redes sociales.
El periódico The Sun reveló que uno de los principales críticos de la influencer fue el gamer serbio Bogdan Ilic, conocido como Baka Prase, que tiene más de un millón de seguidores en Instagram. El joven atacó a la youtuber de manera explícita en el medio local Republika: la acusó de falsa y de buscar el golpe bajo con sus videos.
A partir de ese momento, los seguidores comenzaron a atacar masivamente a Kika por su aspecto físico, por cómo se expresaba, e incluso recibió cientos de mensajes que le decían: “Mátate”.
Dukic era conocida sobre todo por sus contenidos sobre los videojuegos Counter-Strike: Global Offensive y League of Legends. Había comenzado su carrera en las redes en 2015, como especialista en el juego de construcción Minecraft, pero también publicó blogs y videos en su canal de YouTube
