La nueva variante sudafricana Ómicron está registrando contagios récord en todo el mundo. Estudios británicos han concluido la razón por la que esta cepa es tan contagiosa, pero no letal: afectaría la garganta y no los pulmones.
Seis estudios internacionales recientes concluyeron que la nueva cepa "parece más capaz de infectar la garganta donde se multiplicaría más fácilmente" que en las células profundas del pulmón y esto la haría más transmisible. Cuando los pulmones son afectados ocurre lo contrario: es más peligrosa, pero menos contagiosa.
Aunque hay varios estudios que parecen señalar lo mismo, los especialistas advierten que es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas.
"El modelo animal sugiere que la enfermedad es menos severa que el Delta y el virus original de Wuhan. Parece que se elimina más rápido y los animales se recuperan más rápidamente", afirmó un reporte del Grupo de Investigación de Virología Molecular de la Universidad de Liverpool.
Por su parte el equipo del Neyts Lab de la Universidad Leuven de Bélgica, ha llegado a conclusiones similares en un experimento con hámsters.
En tanto, en la Universidad de Glasgow (Escocia), científicos del Centro de Investigación de Virus han determinado que Ómicron ha supuesto un cambio en la manera en que el coronavirus entra en el cuerpo. Observaron que así como escapa a la inmunidad de las personas que han recibido dos dosis de la vacuna, la tercera dosis "recupera parcialmente esa inmunidad".
En el mismo sentido, la Universidad de Hong Kong y la Universidad de Cambridge, concluyeron que Ómicron tiene más dificultades en penetrar en las células de los pulmones, aunque es capaz de burlar a las vacunas.
La evidencia científica sigue acumulándose en favor de esta hipótesis, pero los especialistas advierten que es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas.
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