El artista Jens Haaning fue demandado por fraude por el Museo de Arte Contemporáneo Kunsten de Aalborg, en Dinamarca luego de que le pagaran más de 72 mil euros por una obra y haya entregado 2 lienzos en blanco bajo el nombre "Toma el dinero y corre".
Lo habían contratado para reconstruir una antigua obra que incluía coronas danesas y euros para una exposición donde el tema principal era el papel del individuo en el mercado laboral actual. En su defensa, Jens Haaning, declaró que "no es un robo, es un incumplimiento del contrato" y alentó a otros colegas a hacer lo mismo.
Animo a otras personas que tienen condiciones de trabajo tan miserables como las mías a hacer lo mismo”, afirmó Haaning.
Dos días antes de la inauguración, Haaning envió un mensaje explicando que no había realizado el trabajo que incluía varios billetes pegados sobre los lienzos de tela y el museo le pidió que devuelva el dinero para el 16 de enero. Sin embargo, el artista no lo hizo y por eso presentaron la denuncia en la justicia.
Haaning, de 56 años, declaró que "la obra de arte es que cogí su dinero" y sostuvo que no fue un robo sino que "es un incumplimiento de contrato y el incumplimiento de contrato es parte del trabajo" y agregó que recrear sus trabajos anteriores para cumplir con éste le hubiera costado dinero de su bolsillo.
"Animo a otras personas que tienen condiciones de trabajo tan miserables como las mías a hacer lo mismo”, subrayó Haaning que es conocido por sus obras críticas sobre el dinero, el racismo, el poder, los grupos marginados y las condiciones que tienen los propios artistas.
En tanto, el director del museo reconoció que se rió al descubrir los lienzos en blanco porque le pareció que fue "muy humorístico”.
Por su parte, Carlos Suárez, CEO de Saisho, explicó que esto “ya ha pasado más veces" como cuando un artista italiano en Basel Miami envolvió un plátano en celofán, se lo comió una vez y luego de vender "la obra" fue al supermercado de enfrente, compró otro y lo volvió a envolver.
O la obra de ARCO que era un Ninot del Rey, no se vendió, pero la obra se quemó igualmente. O la famosa obra de Bansky, subastada, que se autodestruyó y luego se vendió cinco veces más caras": "Estos ejemplos vienen a ilustrar que el arte conceptual, que es donde se enmarcan este tipo de obras, mezcladas con el arte de acción, una corriente donde lo que hace el artista para hacerla forma parte de la obra. La obra no es lo que tiene valor, sino el proceso de creación, que importa muchísimo", explicó Suárez.
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