La Constitución argentina dispone que sea el partido de oposición con mayor número de bancas en el parlamento el que disponga la presidencia de la Auditoría General de la Nación. Es por ello que el radical Jesús Rodríguez dirige la institución encargada se supervigilar la legalidad y eficiencia del Estado.
Y desde ese estratégico lugar, el exministro de Economía durante el gobierno de Raúl Alfonsín, hizo un minucioso análisis de la crisis que atraviesa Argentina y descartó totalmente la opción de adelantar las elecciones para superarla.
Para Rodríguez, la idea “es absurda”, porque “convocar a elecciones lleva un proceso de seis meses por lo menos” y además “los legisladores nacionales no pueden ser desplazados de sus posiciones hasta el vencimiento de su mandato”.
“Esa es un alquimia, una martingala, imposible de ser materializada, además de contraria a cualquier vocación de fortalecimiento institucional que es la condición necesaria, previa, para cualquier solución de los problemas económicos”.
Es un alquimia, una martingala, imposible de ser materializada, además de contraria a cualquier vocación de fortalecimiento institucional que es la condición necesaria, previa, para cualquier solución de los problemas económicos.
En conversación con Reynaldo Sietecase, Rodríguez aseguró que “Argentina debe entender que hay una relación directa entre la fortaleza de las instituciones y el desempeño económico” y explicó que el actual escenario de incertidumbre financiera se deriva del “problema congénito en el dispositivo de poder del oficialismo, que se originó cuando no fue un congreso partidario, ni una elección interna, ni la voluntad de los ciudadanos la que determinó quién iba a ser el presidente de la Nación y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires”.
Para Rodríguez, esto ha generado un bloqueo de todas las instituciones, en que los funcionarios no responden al Presidente sino a quien lo designó, y citó como ejemplos los casos del Banco Central, la Procuraduría General del Nación y la administración de la AFI, con parálisis o serios problemas institucionales por no contar +
con el acuerdo del Senado.
El Auditor General de la Nación, además, rechazó las comparaciones entre el proceso actual con la hiperinflación de 1989, cuando él era ministro de Economía, y entre los mandatarios de ambos procesos: “Es una ofensa a la inteligencia política equiparar al doctor Fernández con el presidente Alfonsín”, dijo.
