Hace poco se conoció una llamativa noticia: un informe de la AFIP llegó a la conclusión de que 250.000 beneficiarios del programa Potenciar Trabajo, que paga la mitad del sueldo mínimo a trabajadores de la economía popular organizados en cooperativas, habían comprado dólares o habían declarado Bienes Personal.
La noticia fue un bombazo. Eso significaba que, de las 1.300.000 personas que cobraban el plan, el 20% estaba defraudando, de una manera u otra, al estado. Sin embargo, con el correr de los días, los números se fueron desgranando. El Ministerio de Desarrollo Social, encabezado por Victoria Tolosa Paz, le pidió precisiones sobre el caso a la AFIP, y terminó encontrando a apenas 2.500 beneficiarios con irregularidades, el 0,3% de las personas que cobran el Potenciar.
Ahora, el Ministerio dará de baja 2143 de esos planes, mientras los otros 947 recibirán una suspensión sujeta a verificación. La gran mayoría de estos no tenían más de una propiedad ni un auto 0km, sino que su infracción tuvo que ver con la compra de dólares ahorro, una práctica que era legal, hasta el momento, para los beneficiarios del Potenciar Trabajo.
El informe, que hizo las rondas por todos los medios, decía que 253 mil beneficiarios del programa en cuestión "habían declarado bienes personales o figuraban en el Registro Automotor". Esa particular categoría, que mezcla la posibilidad de tener una segunda casa en un country y una moto comprada hace 10 años, fue la que generó la llamativa cifra que superaba al 20% de los beneficiarios.
Además, según informó Página 12, el informe de la AFIP detallaba que 10.477 personas tenían un automotor de menos de un año, pero sin aclarar que todos esos eran motos. Al mismo tiempo, contabilizaba como poseedores de "comercios u explotaciones agrícolas o ganaderas" a trabajadores agrícolas productores de hortalizas, la mayoría de ellos quinteros sin tierra propia, o a personas que hacen parte de su trabajo en su casa.
Fuentes de Diario Con Vos, además, explicaron que se contabilizó en la compra de dólares el contrato de servicios como Netflix o Spotify por parte de los beneficiarios. La decisión más llamativa, sin embargo, fue la de incluir a las declaraciones de bienes personales y al registro automotor en la misma categoría, sobre todo teniendo en cuenta el uso laboral que se le da a las motos en muchos barrios populares, ya sea en changas para complementar el ingreso o en trabajos estables en delivery o envíos.
