Más de dos mil personas murieron y unas 5 mil resultaron heridas como consecuencia del terremoto que sacudió el sur de Turquía y golpeó varias ciudades de Siria. Los rescatistas trabajan para recuperar a otras miles de personas atrapadas bajo los escombros de los edificios derrumbados.
Un Terremoto de 7.8 grados arrasó esta madrugada el sur de Turquía a 23 kilómetros al este de Nurdagi, en la provincia turca de Gaziantep. El megatemblor fue uno de los más fuertes registrados en la región en más de 100 años y dejó más de 2.300 muertos y cerca de 10 mil resultaron heridas.
Los registros de la catástrofe que circulan en redes son estremecedores y muestran el arduo trabajo de los rescatistas y la desesperación de los ciudadanos.
El vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay, informó que cerca de 1.710 edificios se derrumbaron en diez provincias del sureste de Anatolia, sumadas a las de Gaziantep y Kahramanmaras que fuero gravemente afectadas.
En las últimas horas, en Gaziantep se reportaron aproximadamente, cinco kilómetros de tráfico para evacuar la zona, mientras la gente hace cola para abandonar la ciudad devastada.
Al mismo tiempo desde las localidades turcas de Antep, Hatay, Osmaniye, Adana, Diyarbakır, Bingöl, Malatya y muchas otras ciudades, también llegan muy malas noticias e hicieron un llamamiento internacional a los países extranjeros para que ayuden en las operaciones de rescate.
Mientras llegan a las zonas afectadas colaboradores rusos, los rescatistas trabajan de manera desesperada para encontrar a quienes aún vivan bajo los escombros. Para llevar a cabo su tarea piden silencio y caminan con precaución sobre los restos de los edificios derrumbados.
En la ciudad de Adana, en la costa mediterránea, se ha derrumbado por completo un edificio de 14 pisos. Y a la gravedad de la situación se le suma la complicación de estar atravesando un crudo invierno con nieve y ráfagas de viento como las que vive la ciudad de Malatya.
