Un joven militante del Movimiento Evita que trabajaba en el comedor de un centro comunitario fue asesinado a balazos frente a su casa de la zona sur de Rosario. La víctima se llama Nicolás Ariel Lisandro Leguizamón, de 25 años y, según fuentes de la pesquisa, el hecho sucedió cerca de las 21 cuando Leguizamón se encontraba en la vereda y fue atacado por tres hombres en tres motocicletas, que abrieron fuego al paso y escaparon.
"Lo llevamos vivo al hospital, porque estaba consciente. Entramos, yo firmé el papel para la operación porque lo tenían que intervenir de urgencia porque la bala le ingresó y le salió para el otro lado, y no pudieron hacer nada, lo único que pedimos es que se haga Justicia", detalló la tía del joven.
La mujer agregó: "No pedimos Justicia por pedir, pedimos Justicia porque tenemos hijos, porque somos seres humanos, no somos números, mi Nico no es un 130, no es un número, él se llama Nicolás Ariel Lisandro, era lo más maravilloso que tiene mi hermana, ella tiene 10 hijos, él era uno de los más grandes. Hoy no está, y hoy… ¿qué hacemos? ¿y los chicos que se quedaron sin papá? ¿qué hacen?".
A su lado, Nadia, pareja de Leguizamón, con quien tuvo dos hijos, añadió : "Por qué me lo mataron así, es la persona más buena de este mundo, el mejor papá, el mejor marido, daba todo por nosotros".
En tanto, Daniela, madre del joven, cuestionó el hecho de que la policía "para a los pibes cuando vienen de trabajar, les piden de todo, los dan vuelta, no los dejan caminar, y a los que pasan con las armas o tirando tiros, no les hacen nada".
Según los voceros, tras el ataque Leguizamón fue trasladado por un vecino al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), donde los médicos constataron que presentaba un disparo en el lado izquierdo del tórax y otro en la zona lumbar derecha que le provocaron la muerte cuando era intervenido quirúrgicamente.
Sobre la víctima, Mariano Romero, referente de Movimiento Evita de Rosario, informó que era un joven que participaba de las actividades desarrolladas en el centro comunitario Luz Esperanza y Vida, ubicado en Doctor Rivas y Alvear.
"Comenzó a trabajar con nosotros en 2015, cuando era un adolescente. Aprendió a amasar pan y últimamente se dedicaba a la producción y también a la venta, se dedicaba a eso como medio de vida", agregó Romero en declaraciones a portal Rosario3.
"Era un muchacho evangelista, un pibe sano, no consumía ninguna sustancia, tampoco tenía antecedentes. Era más bien tímido y familiero", detalló el dirigente social, quien cree que la víctima habría "quedado en medio de una balacera".